Todo el año había frutas a nivel global, hasta en los lugares mas inesperados se alcanzaban a ver las raras flores, uno de los científicos advirtió que se había quedado viendo a una de ellas por varias horas sin siquiera haberse dado cuenta, estaba llenando un reporte detallando como además se estaban reduciendo los niveles de contaminación atmosférica, cuando advirtió que había cierto orden en el movimiento de los pistilos, para cuando volvió en si de ese aparente trance, ya se había ocultado el sol.

Al día siguiente mientras se dirigía al laboratorio, notó que había mucha gente caminando rumbo a sus respectivos trabajos, pocos coches aparecían en las calles y muy esporádicamente, todo mundo parecía tomar todo con una calma infinita, esa tarde estaba oyendo rock pesado a un volumen muy alto en sus audífonos, cuando se le antojó un refresco de la maquina expendedora, bajo al piso de abajo y quedó impactado al ver que todos parecían dormidos, pero con los ojos abiertos. Regresó rápidamente al laboratorio, sin quitarse los audífonos y con equipo de medición de sonido especializado, encontró algo que nombró "sonido de sirenas" pues tenía el efecto de dejar a todos en un transe que parecía placentero...