Baby Doll.

in #historia6 years ago

La música del camión de los helados es única, anunciando en toda la cuadra la llegada del exquisito postre para los pequeños quienes con una sonrisa y un billete de dólar se acercan gustosos a comprarle un barquillo de helado.

—¡Mami! ¿Me compras? ¿Me compras uno?— pregunta el pequeño castaño de apenas 14 años, sonriendo de emoción al ver el camión acercarse a su casa.

La señora Kim sonríe al ver al pequeño emocionado —Claro que si mi amor, ve y has que pare mientras voy por mi billetera— pide adentrándose a la casa.

Taehyung camina a paso rápido moviendo su manita, haciendo que el auto se detenga, ve la silueta de alguien levantarse del asiento del chofer para acercarse a la ventanita, levanta el cristal dejando ver su rostro.

El castaño abre sus ojos con sorpresa y no puede evitar sentirse desconcertado por el rostro del chico/a, parece ser mujer por el cabello largo y por las sobras y labial que usa, pero su rostro luce como la de un hombre y aún con eso sonríe con amabilidad —Hola pequeño— dice el hombre tras la ventana, mostrando una sonrisa que le hace helar la sangre.

—Hola, ¿Podría darme un helado? — pregunta Taehyung con toda la amabilidad y pureza que en su cuerpo habita.

El hombre le devuelve la sonrisa —¿Te gusta mucho el helado?— pregunta tomando el barquillo y abriendo con suavidad el refrigerador —A mí me encanta— susurra señalando las muñecas que se muestran detrás de él —También las muñecas—

—Son lindas— contesta Taehyung encantado por la belleza de éstas.

—Tae, amor, ¿Ya pediste? — interrumpe su madre sacando el billete y mirando al hombre detrás de la ventana.

—Sí mami— responde Taehyung estirando su manita para tomar el barquillo, siente la mano del hombre envolver la suya para luego sonreír —Gracias. —

El hombre no despega su mirada de la del castaño, admira la belleza que tiene enfrente, su carita de porcelana, sus manitas suaves —De nada— contesta viendo al castaño girarse y tomar la mano de su madre, siguiendo su camino para adentrarse a su casa, sin dejar de sentir la pesada y penetrante mirada del señor de los helados, quien hasta que desaparece deja de sentir aquella mirada.

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Jungkook saltaba mientras aplaudía de emoción, amaba demasiado el helado y era momento de que el camión se apareciera por su cuadra —¡Mami! ¡Ya viene!— grita emocionado esperando que su madre saque su dinero y se lo entregue.

—Ya va, ya va— dice dándole el dinero.

Jungkook lo toma y sale corriendo de su casa, parándose a un lado de la banqueta y observando el carro de helados detenerse, al mismo tiempo ve a alguien levantarse y acercarse a la ventana para bajarla y poder observar al pequeño azabache quien sonríe con emoción —Hola, ¿Podría darme un helado de fresa con vainilla? — pide Jungkook sin dejar de sonreír aun cuando ha visto el rostro diferente y de terror del hombre.

—Claro que sí— responde el hombre sin dejar de mirar al azabache, abre el refrigerador y comienza a raspar el helado, creando bolas de helado y colocándolo en el barquillo —¿Te gusta el helado? — pregunta viendo que el azabache asiente.

—Claro que sí, me encanta—

El hombre estira su brazo entregándole el barquillo, siente su mano con delicadeza —A mí también me encanta el helado, ¿Sabes que más me gusta? — pregunta viendo la cara de confusión del azabache.

—¿Qué? —

Señala con su dedo la parte trasera —Las muñecas, no sólo a mí, creo que, a muchas personas, ¿A ti te gustan las muñecas? —

Jungkook asiente con la cabeza —Son bonitas, aunque no suelo jugar con ellas, creo que son bonitas—

—Son muy delicadas, tú tienes un rostro como las de ellas— comenta con una sonrisa acariciando y quitando el cabello de su rostro.

Jungkook retrocede un poco escondiendo su incomodidad con una sonrisa falsa —Gracias...— susurra —Ya... ya me tengo que ir— dice dándose vuelta para caminar hasta su casa, abre la puerta y se gira observando que el hombre lo observa y con un movimiento de su mano se despide de él, sin sonreír, sólo moviendo su mano, Jungkook se queda en silencio y cierra la puerta.
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Taehyung camina con su mochila a sus espaldas y con una sonrisa —Adiós Hoseok— grita cuando ve a su amigo a lo lejos con su grupo de amigos, estira su brazo a lo alto meneándola en señal de despedida, ve a su amigo responde la despedida de igual manera.

Las calles en Seúl son un poco vacías por partes, pocas calles son las menos concurridas y por donde vivía Taehyung no era la excepción, pasaba por el mismo camino todos los días, pero esta vez fue diferente al escuchar el sonido del carro de helados muy cerca de él.

Taehyung mira hacia su izquierda topándose con el carro de helados y al hombre detrás de la ventana sosteniendo un barquillo de helado, alza su mano y con lentitud comienza a señalar el helado y haciendo una seña para que se acerque. Taehyung mira el helado, sólo es el señor de los helados, ¿Qué podría salir mal? Además, no es bueno despreciar a las personas, total, si no quería el helado simplemente se acercaría y le daría las gracias para luego negar el obsequió.

Cada paso era un grito de advertencia, un grito que le decía que se alejara. Una vez llega al auto el hombre le extiende el cono de helado —Gracias...— dice Taehyung aceptando el cono y girándose encontrándose con un segundo hombre quien apenas choca con él, lo toma del cuerpo y colocándole un pañuelo con cloroformo, dejando caer el cono de helado y comenzando a forcejear, tratando de gritar y llamar la atención cuando en segundos cae rendido. Su vista se nubla y el ruido a su alrededor va disminuyendo, lo último que ve es el rostro de ambos hombres acercándose a él y subiéndolo al carro de helados. Sin saber más que será de él.

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