¡Cordiales saludos comunidad!

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Había algo que interfería con las oraciones de Bárbara, trataba de orar pero notaba que había algo que impedía el libre flujo de los pensamientos, su oración no llegaba hasta Dios, que es señor pregunto, hay algo que no esta bien, pero no se que es te ruego que me lo muestres, permaneció de rodillas en la semioscuridad de su recamara mientras esperaba que el señor le mostrara cual era el problema, de pronto, en la mente de Bárbara apareció la imagen de una mujer, Nancy.

Bárbara y Nancy habían sido amigas intimas hasta que Nancy comenzó a contar chismes acerca de ella, Bárbara se había enterado de los desagradables comentarios lo que la ofendió e hizo enojar, Bárbara se molesto mucho y deseó que alguien hiriera a Nancy tanto como ella la había herido.

Si señor musitó Bárbara, tengo problemas con Nancy, así que mi rencor hacia ella ha bloqueado mi comunicación contigo, es eso lo que tratas de comunicarme, recordó las palabras de Marcos 11:25 cuando estéis orando si tenéis algo contra alguien perdónalo, comprendo señor continuo Bárbara, te ruego que me perdones por guardar rencor contra Nancy, te ruego que quites mi enojo y amargura, ya no quiero que ella sufra como ella me hizo sufrir, bendice a Nancy y dale felicidad.

Bárbara sintió paz por primera vez en varios días, sabia que esta vez Dios había escuchado su oración y que le contestaría, Bárbara se encontró con Nancy algunos días después y la abrazo con toda naturalidad como si nada hubiera sucedido entre ellas, Nancy contesto afectuosamente del mismo modo.

Bárbara explico en esta forma la restauración de su amistad con Nancy, la había perdonado y ella percibió este cambio en su comportamiento, el poder del perdón es desconcertante pero real, y cuando estén orando perdonen lo que tengan en contra de otro para que también su padre que esta en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.

El perdón que Jesús demostró siempre esta en nosotros y accesible para nosotros, así que pongamos nuestra atención en el cristo morador, y en esa presencia podemos ver la injusticia que percibimos con ojos amorosos y pedimos tener la comprensión que nos guie a una respuesta afable, con el amor divino como nuestro maestro, perdonar a las personas aunque no apruebes sus acciones, nos damos cuenta de que la paz mental que tratábamos de obtener discutiendo por nuestros derechos estaban en nosotros todo el tiempo, simplemente tenia que perdonar y estar en paz.