Arte y escritura / Semana 30 / …Y el agua se la llevó


💛Un saludo comunidad de Venezolanos Steem💛

Una vez mas, vuelvo con mi participación a la semana 30 de Arte y Escritura. Invito a @genomil a participar.


Concurso Euforia por las historias (1).png
Imagen hecha por mi en Canvas


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Después de una pelea familiar en su casa, Matt tomó su bicicleta y manejó sin rumbo por aquel pueblo costero, simplemente sintiendo el viento golpear su rostro e ignorando todos aquellos sentimientos negativos que lo estaban bombardeando. Repentinamente, ve como a su alrededor las calles se vuelven más solitarias, hasta casi no albergar gente. Dejan de haber carros, los negocios y kioscos parecían haber sido allanados, de repente el pueblo se había vuelto fantasmal. ¿Seguía siendo el mismo pueblo alegre y colorido en el que había vivido toda su vida? Se veía totalmente diferente. Su viaje terminó cuando llegó a una playa. Matt se bajó de su bicicleta y empezó a caminar sobre la arena, viendo el inmenso mar azul, y el cielo que estaba ligeramente nublado.

Matt se sentía solo y triste, y la imagen de aquella playa desolada solo parecía llevar en aumento esa sensación de soledad, hasta que se encontró a una chica sentada en la arena viendo hacia el mar. Parecía de su edad, de unos 18 años; tenía su cabello castaño amarrado en una coleta y llevaba puesto un vestido blanco. Lucía etérea, delicada, efímera. Pálida, pero con sus labios sonrosados, y aquella mirada triste, perdiéndose en el vasto océano que tenía en frente, como si buscara ahogarse en el para sentirse llena. Al verla, Matt se sintió conmovido y se acercó a ella. Al inicio, ella estaba asustada, miraba a Matt con asombro; este le preguntó que le sucedía, si estaba bien, y ella solo respondió:

–Es que, hace mucho tiempo que no veía a alguien por aquí –contestó con voz temblorosa. –¿Por qué viniste hasta acá?

–No tenía a donde ir, simplemente salí de mi casa sin rumbo fijo hasta que me encontré con la playa –respondió Matt apenado.

–¿Mal día?

Matt asintió.

–Yo igual, hasta que me viste.

Después del susto inicial, la charla se fue dando naturalmente. La chica, quien se llamaba Crystal, poco a poco empezó a calmarse y hablar animadamente. Matt se sentía feliz, ambos se entendían perfectamente y parecían tener varias cosas en común. Además, el poder ver que la estaba haciendo feliz luego de haber visto su faz deprimente del inicio, solo lo hacía sentir mejor. Le alegraba saber que era capaz de hacer feliz a alguien.

Después de ese día, Matt iba a verla cada vez que podía a la playa, se había vuelto su “lugar secreto”, a pesar de que realmente no lo era ya que era una playa pública, pero el hecho de encontrarse en una parte del pueblo que ya estaba abandonada lo hacía técnicamente secreto.

Matt quería ir más allá, la invitaba a salir de allí, ir a algún centro comercial o al cine, incluso la invitaba a su casa, por muy caótica que esta resultara, pero ella siempre decía que no y ponía alguna excusa. Por alguna razón, Crystal ponía barreras entre los dos ¿Será que no sentía lo mismo por él? Pasadas varias semanas, Matt decidió enfrentarla.

–Crystal…

–¿Si, Matt? –dijo Crystal mientras seguía riéndose de su conversación anterior. Sus ojos eran tan bonitos, al igual que su sonrisa. Él estaba seguro de que quería ver esa sonrisa todos los días, quitar la tristeza que todavía emanaba de su ser de vez en cuando, traerle luz a su vida. Él quería ser eso para ella.

Matt tomó su mano lentamente mientras la miraba a los ojos. Crystal se sonrojó, pero apretó su mano fuerte. Ambos se acercaron, hasta chocar sus labios en un tierno beso, bajo la luz del atardecer, y con el mar chocando a la orilla de la playa.

Así pasaron los meses. Ahora las salidas a la playa estaban llenas de abrazos y besos, risas y juegos, las penas que ambos guardaban en el fondo de sus corazones parecía disiparse. A veces hablaban de sus problemas, lloraban juntos, pero se volvían a levantar con ánimos porque se tenían el uno al otro.

–Matt, creo que ya debes saber en dónde vivo. ¿Quieres ir a mi casa?

Matt claramente le dijo que si, totalmente emocionado, aunque Crystal no parecía sentirse así. Tomados de la mano, Crystal iba dirigiendo a Matt dentro de aquellas calles desiertas, y para cuando Matt pensaba que iban a salir de allí para adentrarse al pueblo habitado, Crystal se desviaba. Su destino final fue un cementerio.

–¿Qué hacemos aquí? –preguntó Matt, confundido.

Siguieron caminando hasta llegar a una lápida la cual estaba repleta de hojas secas y monte, de hecho, todo el cementerio se encontraba en las mismas condiciones deplorables. Ya no había cuidadores, después de todo, allí solo estaban sepultados los ancestros de aquel pueblo, ya no quedaba nadie que fuera a visitarlos. En la lápida decía:


Crystal Torres
1930 – 1948
Tus padres y tus hermanos siempre te querremos, hasta el fin de nuestros días
Q.E.P.D

Matt no lo entendía, no quería entenderlo. Ella estaba junto a él, tomando su mano. La había besado, abrazado, la había escuchado reír ¿Cómo podía estar muerta?

–Si, estoy muerta. Mi cuerpo esta allí abajo. –empezó a decir Crystal, con la mirada cabizbaja, mientras sus ojos se ponían llorosos. –Mi familia no me amaba como decían hacerlo, seguramente se olvidaron de mi tan pronto como me enterraron. De hecho, se fueron de este pueblo poco tiempo después de mi muerte.

“Yo… no soportaba vivir. No tenía razones para hacerlo, mi vida era un completo asco. Un día, fui a la playa a caminar, huyendo de mi casa de la misma forma que tu hace unos meses, quería sentir paz, y luego de ver el mar, supe lo que tenía que hacer. Esa noche me encontraron mi cuerpo ahogado en la orilla, el mar me había arrastrado. Pensé que sería libre, pero resulta que aún seguía aquí y no entendí el porqué. Han pasado décadas, y no lograba entender que me faltaba para ir al más allá. Amor, me faltaba amor."

"Nadie podía verme, después de todo soy un fantasma, y creí que estaría condenada a esta vida eterna por haber cometido suicidio, pero luego te conocí, me enamoré, y lo supe todo. Por primera vez sentí lo que es amar a alguien con todo mi corazón y ser amada por igual. Después de tanto tiempo, me siento en paz, y creo que ya podré irme a descansar”

Crystal levantó su rostro, estaba llorando. Abrazó a Matt, y ambos lloraron desconsoladamente. Matt no quería creerlo, parecía una fantasía, una demasiado triste y que no quería que fuera real. Deseaba que se quedara, tenía el deseo egoísta de que ella se mantuviera con él por el resto de su vida, pero eso significaría que ella renunciara a lo que tanto había estado esperando, y vivir con un fantasma… simplemente, era algo imposible. No podrían casarse ni tener hijos, no podrían salir a pasear, presentársela a sus amigos. Vivirían a escondidas del mundo. ¿El amor sería suficiente? En ese momento el sentía que sí, pero la verdad es que, en el fondo él sabía que a la larga no funcionaría, por mucho que le doliera aceptarlo.

Se besaron con deseo, con un anhelo tan grande como nunca lo habían sentido, ansiando que ese momento se volviera eterno. Que esa perfección pudiera extenderse, que ese fuera el Paraíso soñado y no tuvieran que separarse.

–Te amo, Matt.

–Yo también te amo, Crystal.

Y esas fueron las últimas palabras que se dijeron, antes de que el alma de Crystal desapareciera de este mundo terrenal. Matt nunca pudo entender como la vio aquel día en la playa, pero se sentía feliz de poseer aquella habilidad desconocida. Se sentía feliz de haberla amado y con eso llevarla a un lugar mejor.

Pasaron los años, Matt logró independizarse y hacer su vida fuera de casa. Se casó y tuvo hijos, y tenía una vida feliz y plena, pero aun recordaba a Crystal, y que, por fortuna, tuvo la dicha de conocerla. Cada año iba a dejarle flores y a contarle de su vida, quería creer que quizás ella podía escucharlo desde el más allá, si es que eso realmente existía. Ella tenía un sitio importante en su corazón, y quería demostrar su amor por lo menos manteniéndola presente en su vida, y cuidando el lugar dónde su cuerpo descansa; que supiera que la siguió queriendo a pesar de ausencia, y no como su familia que la abandonó cuando tuvo oportunidad. Después de todo, ella fue su primera amiga y primer amor, la chica a la que el agua se llevó.


@marigaby12 (1).png

Espero les haya gustado mi relato. Intenté recortarlo, pero de verdad que me gustó como quedó así que decidí dejarlo así. Gracias por su apoyo.


¡Nos leemos!

Sort:  

Hola amiga, una hermosa historia de un amor sorprendente, me encantó de principio a fin, no hay fuerza mas poderosa que el amor.
Saludos amiga, te deseo mucho éxito.

Muchas gracias amiga, así es, el amor es muy poderoso. Saludos y éxitos para ti

Hermosa tu historia, un amor imposible, mientras leía, pensaba que Matt iba a terminar bajo las aguas del mar para unirse en la eternidad, pero le diste otra salida y muy bien dada, ya que era representar la aceptación de la realidad .

Ni siquiera se me había ocurrido jsjs. Pero mejor así, un final más apegado a la realidad, aunque los fantasmas no lo sean jsjs. Me alegra de que le gustara. ¡Saludos!

 2 years ago 
Gracias por ser parte de la Comunidad Venezolanos Steem, la Casa Grande para todos los Sueños Posibles. Tu publicación ha sido Seleccionada para el Programa de Soporte a las Comunidades de las cuentas Booming. ¡Felicitaciones!

¡Juntos somos más!

Eres lo mejor de lo mejor. Recuerda cumplir con las condiciones de las etiquetas steemexclusive y club5050.

Una historia impresionante. Matt poseía el don de comunicarse con los muertos, y Crystal halló en él su amor soñado, aunque ya no pertenecía al mundo terrenal. Así, la vida y la muerte lograron juntarse. Gracias por estar y por compartir con nosotros tu talento narrativo. Un abrazo.

Qué bonita tu narración. Pienso que Crystal salvó a Matt de tener su mismo final.

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