5to. Concurso Literario Foto-Relato/ La mujer del maniquí barcelonés.

Hola estimado @oacevedo, esta es mi segunda participación en sus innovadores e interactivos concursos. Felicitaciones a toda la administración de esta comunidad cada vez más nutrida y amena, @marcybetancourt y @solperez, se les retribuya al 1000% todo su esfuerzo.

En su niñez, con una agilidad superior al resto de sus primos, ganaba las carreras del ¨escondite¨ y del ¨tocaito¨ toda vez que se proponía una nueva ronda. Subía a lo más alto de las matas de mango, unas veces para comer de ellos y otras, para refugiarse del regaño que merecían sus tremenduras. Con su sonrisa vivaz y su espontánea personalidad, alegraba los corazones de sus familiares con sus simpáticas ocurrencias, en su natal Cantaura, Venezuela.

El tiempo transcurrió, y con él, fue desapareciendo su cálido clima emocional. Las frustraciones propias, la aceptación que tanto buscaba, el patrón de belleza ideal fomentada en la sociedad, entre otras causas, la transformaron en una mujer fría y vacía.

Escaló una elevada posición personal y profesional, emigrando a nuevas fronteras. En su círculo de amigas (con las que tenía cómoda empatía), no faltaban las conversaciones en las que las aspiraciones ambiciosas tuvieran un lugar preponderante. Los viajes exuberantes, las mejores vestimentas, las altas relaciones públicas, en fin, todo ello se trataba mientras tomaban café en los pasillos del centro comercial favorito de Barcelona, España.

Con frecuencia, escapando de su rutina laboral y de su banal apartamento, se eclipsaba viendo las vitrinas de las tiendas. Con impulsividad descontrolada y semblante descarado, era capaz de gastar sobremanera, sucumbiendo en sus efímeros placeres.

Pero algo inusual y espeluznante sucedería en su última visita a las prestigiosas vitrinas barcelonenses, y es que, cual narcisista, se perdió observando un maniquí en el que se vio a sí misma, su alma plástica se trasladó al instante a aquel objeto inanimado, como hallando el lugar propicio de su identidad. Mientras, su anterior cuerpo vaga en las calles, sin raciocinio aparente pero como buscando lo que ha perdido.