CONCURSO SEMANAL: Historias cortas con un giro 🤩 ⭐ 25 STEEMS EN PREMIOS⭐ || Cerebrín

in Writing & Reviews3 years ago

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Cerebrín

Señora, ¿dónde se encuentra su hijo? ¡Díganos ya!—gritaban los de la Cruz Roja en desespero en un ambiente brumoso.



Pero Doña Juana no paraba de llorar.

—Mi estimada Doña, traeremos a su hijo de vuelta, pero debe decirnos por dónde lo vio marchar.

La doña jadeaba mientras intentaba frenar las cataratas que caían de sus ojos. Era una catástrofe para ella que con tanto esfuerzo y orgullo había criado a su hijo Walter, apodado “Cerebrín”.

La vida de doña Juana era tranquila, como en cualquier parte rural del centro de México, excepto cuando se trataba del Popocatépetl y sus repentinas rabietas.

Y fue día malo que Walter decidió irse de paseo por ahí porque el Popocatépetl se puso rojo de rabia y doña Juana, siempre de tez café, blanca como la nieve.

El temible volcán exhibía su peor pinta, la pelirroja. Ríos de lava caían aceleradamente tanto por su lado sur como este. Los más ancianos decían que nunca habían visto tanta lava salir tan de repente.

El equipo de la Cruz Roja debió consultar con otros familiares de Cerebrín.

Ese güerito es salvaje—decía un tío de Walter. Nomás lo vi correr hace una hora por el cultivo de las mazorcas. Es morenito, flacucho y tiene poco cabello.

Él me invitó, pero no quise ir porque, nombre, me da miedo el Popocatépetl—dijo temblando una primita de Walter aún señalando la razón de su espanto.

No manchen, yo creo que ese chavo tan inteligente no es. Seguro se fue pal’ volcán—terminó declarando un padrino de Cerebrín a los de la Cruz Roja.

El equipo de rescatistas se puso en marcha apenas terminaron de oír a los aldeanos.

Cuando Doña Juana los vio retirarse hacia el volcán, ella también quiso ir con ellos. Varios familiares hicieron falta para frenarla, pues cuando se trataba de Walter nada la detenía.

En menos de media hora, el equipo de la Cruz Roja estaba en las faldas del Popocatépetl. Y el ambiente era peor que nunca. Además de los ríos rojizos, ya había pasto quemándose y ganado huyendo por la misma abrasadora lava.

Con megafonos, bengalas y mucha valentía, los rescatistas buscaban dar con el paradero de Walter.

Un momento equipo—gritó uno del equipo acercándose a una gran roca.

—No me digas que ese llanto es…

—Quizás sea Walter. ¡Corran!

En sus cuerpos acaso cabía la emoción de por fin hallar al muchacho, al “Orgullo de Yecapix”.

Pero para su sorpresa, el supuesto Walter era tan sólo un gato salvaje que había quedado rodeado por la furia del volcán y lamentaba sus últimos momentos de vida.

Aún decepcionado, el equipo de la Cruz Roja rápidamente logró sacarlo de su inminente fin.

Ellos dispusieron regresarse a Yecapix, al volverse la zona cada vez más insoportable para los preparados, pero todavía frágiles cuerpos humanos que lo retaban. Llevaban consigo el consuelo.

Avanzaban de prisa, sin embargo, al llegar a la zona donde yacía el vehículo que antes los había transportado, notaron que éste se quemaba como un juguete de plástico.

De pronto, toda la escena se comprometió más. Los rescatistas ahora necesitaban ser rescatados.

Era el fin para ellos.

Entonces el sonido de un helicóptero irrumpió en el lugar y todo el equipo hizo señales de cualquier clase para ser notados y auxiliados. Era un helicóptero hércules. Un modelo más grande de lo usual.

Cuando el equipo de 5 rescatistas fue elevado del mar de llamas, hubo gritos de júbilos y abrazos enternecedores. Ellos quisieron agradecer a tan bondadosa alma, mas su shock fue darse cuenta que el helicóptero andaba sin piloto.

A las afueras del poblado de Yecapix, el helicóptero aterrizó en una zona que parecía ya haber sido usada para ello.

Los de la Cruz Roja se bajaron del milagroso transporte, y luego de un instante de resplandor intenso, contemplaron como el mismo se redujo a un niño morenito de poco cabello.

—No digan nada de esto a sus congéneres. Ya obtuve la roca volcánica que me faltaba de este planeta y me marcho. Los Wulgrox no queremos problemas con ustedes.

—Eee.. esto es una pesadilla, equipo. Yo..

—No lo es. Yo soy Walter, o mejor dicho, era. Represento a una raza alienígena y debí camuflarme para pasar desapercibido entre ustedes.
Díganle a Juana que estoy agradecido y que se enfoque en criar a sus verdaderos hijos.

Dicho esto, el “Cerebrín” emitió un violento brillo morado, para luego verse como especie de nave ovalada de superficie muy resplandeciente y salir disparado a una velocidad jamás antes vista hacia el espacio exterior.

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¡Gracias por leer!

Doy gracias a @belenguerra y @fendit por esta nueva oportunidad en lo que es uno de los más divertidos concursos de Steemit.

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