Reflexión ¿Qué le pasó al mundo?

Al caer la noche cuando Todo queda en silencio me detengo a pensar lo difícil que es la vida en un mundo donde las adversidades tocan tu puerta a cada instante llenándote de calamidades, es sencillamente una odisea en mar abierto donde miles de tiburones acechan y sólo tú resilencia es capaz de sacarte a flote.

Qué tan difícil es cada golpe de la vida, sobrellevarla y ajustarse a los cambios como una mariposa en su proceso de metamorfosis es un reto, nos ha tocado vivir aprendiendo cada día, entendiendo que la subsistencia es un proceso de transformación constante donde el camino nos va mostrando personas, algunas se quedan en nuestras vidas para siempre y otras simplemente son permanentes pues ellas vienen a cumplir un papel en nuestro existir.

Las calamidades del mundo actual son sin duda el escenario de una obra de teatro que no parece terminar, donde cada protagonista debe aferrarse a los canales de supervivencia para lograr mantenerse en La cúspide porque sólo allí el más fuerte sobrevive no se trata de quién tiene más o menos fuerza, es cuestión de voluntad y llevar adelante nuestras vidas, simplemente llenarte de ímpetu para chocar con fuerza cada avalancha que intente arrastrarnos.

El silencio me insta a pensar que nos hemos convertido en corredores del existir donde la meta es el bienestar propio dejando a un lado a quienes nos acompañan en la carrera de la vida, solo unos cuantos son capaces de detenerse para ayudar a otros e incluso sacrificarse para ver llegar al final a personas que también luchan por sus objetivos, es difícil explicar que le ha pasado al mundo olvidamos tantos buenos detalles, nos aferramos a dios solo cuando la calamidad nos visita, imploramos piedad cuando el vestuario es de verdugo, sencillamente hemos dejado de ser humanos para convertirnos en choferes de la cadena por la supervivencia.

Solo queda esperar el capítulo final de una historia donde todos luchan por llegar a cúspide aunque en el camino caigan al vacío los elementos más importantes de nuestro existir.