Cada lunes es en sí mismo, un reto. Hay que poner en marcha todo lo que planificamos durante el sábado y el domingo para comenzar la semana de la mejor manera posible. Se trata de haber hecho todo lo necesario para que no tengamos que decir, de manera improvisada: En la semana vamos viendo.

Así que es sumamente necesario haber hecho las compras para mantener los productos que nos permitirán preparar los alimentos que nos darán la energía necesaria para cumplir con nuestros deberes laborales y estudiantiles a cabalidad. De igual forma, es imprescindible el haber organizado la casa para tener todo a tono, ordenado, limpio, de tal forma que nuestra permanencia en el hogar sea de lo más agradable posible.

Es una pena el tener que andar corriendo durante los días de la semana, yendo de un lugar a otro para hacer compras rápidas y apuradas, o tener que lavar la ropa a la carrera, en la noche, después de haber trabajado por ocho horas, solo porque nos dio flojera hacerlo con la calma debida durante el fin de semana.

Lo mismo ocurre con los chicos que estudian y que no planifican bien sus actividades. Es mejor aprovechar el tiempo libre para realizar las tareas, las investigaciones, los proyectos y no andar improvisando y sufriendo por no haber atendido a tiempo lo que los maestros requieren.

Por estas razones pienso que esa frase que nos da pie para escribir estas líneas no deben convertirse en una verdad para nuestras vidas. Al contrario, hay que erradicarla y dedicarnos más a poner en marcha lo planificado con antelación y hacer nuestras vidas más llevaderas y tranquilas, tal como lo merecemos.