Superantorcha: "Me alquilo como fogón a domicilio"

Señoras y señores, bienvenidos a la entrevista de hoy. Por acá tenemos el placer de tener con nosotros al superhéroe conocido como Antorcha Humana, uno de los miembros de los 4 Fantásticos. Comencemos:

Señor Antorcha, ¿cómo se encuentra?

Bien, gracias. Saludos cordiales a toda tu audiencia.

¿Cómo hace usted para encenderse en llamas?

Bueno, lo primero que hago es meterme el dedo en el ombligo y lo segundo es decir en voz alta: ¡Llamas a mí! Pero a veces me salto el primer paso gritando más duro y listo.

¿De qué otra manera puede usted emitir candela?

Las veces que agarro calenteras. Por ejemplo, cada vez que escucho hablar los embustes que emiten los representantes del gobierno.

¿Cómo hace para volar?

Bueno, la fuerza de propulsión allí presente se debe a que yo consumo bastantes caraotas y cuando los gases se combinan con el fuego salgo disparado como un cohete.

Cuando usted era niño ¿no tenía problemas en la escuela?

Indudablemente. Sobre todo, porque muchos compañeritos molestosos me gritaban bien duro: “Llamas a mí”. En efecto, terminé dañando un bojote de pupitres y objetos de papelería. Por eso me botaban de todos los institutos y el cuerpo de bomberos vivía pendiente de mi paradero.

¿Y su cama cómo es?

Como dice la canción: “De piedra a de ser la cama, de piedra la cabecera”, porque, si no, puede que el colchón y las colchas se quemen. Y a causa de dormir en un lecho duro me la paso con dolores en el cuerpo, sobre todo en el trasero.

¿Siente la gente temor de acercarse a usted?

Por lo general me tienen miedo. Peor aún, no me admiten en los buses, en el metro y no me dejan entrar en supermercados, restaurantes o en otros lugares públicos.

¿Usted defiende a las personas que son atacadas por bandidos?

Bueno, la última vez por defender a una testigo de Jehová, le quemé la moto a un malandro, pero terminé dejando a la señora a ring pelao porque le quemé sin querer el traperío ese que llevaba encima.

¿Cómo está en asuntos de trabajo?

No me va tan mal. Debido a los problemas de escasez del gas doméstico, mucha gente solicita mis servicios para que yo haga las veces de estufa. Es cuando me puedes ver tirado bocarriba en medio de un patio con una hilera de ollas y sartenes encima.

¿Y no se le quema la comida?

Para nada. Y lo bueno es que, como no uso leña, no contamino el aire con humaredas.

¿De qué manera le pagan?

A veces me pagan brindándome un plato de hueso con verduras sancochadas, pero por lo general me pagan con pago móvil. No acepto pagos en efectivo, porque se me pueden quemar los billetes.

¿Cómo hace usted a la hora del apareamiento?

Eso es realmente un problema, porque me aceptan solamente si el asunto se lleva a cabo dentro de una piscina o por debajo de una catarata como el Salto Ángel.

Y para culminar, señor Antorcha, ¿qué le aconseja usted a la juventud?

Yo les aconsejo que nunca se dejen quemar por el fuego de la vanidad y del orgullo, y que, además, tengan bien presente el dicho que dice: “Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”.

Estupenda reflexión. Muchísimas gracias, don Antorcha, y gracias a toda la teleaudiencia por su amable atención. ¡Chau!

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_{Invitación: @mariami, @anay1705, @blessedlife}