_ Tu padre creía que solo las mujeres de esta familia tenían un don, un espíritu, y una dedicación que podían hacer que esta casa se mantuviera en lo más alto, así que me dijo que, si llegaba a tener una hija, ella seria quien tomaría en control, por el bien de esta casa -

_ Pero abuela… yo no sé nada de cómo se lleva un negocio - dijo asombrada y preocupada.

_ Es por eso que este verano y todos los veranos que vengan, empezaras a aprender a llevar el negocio de la familia, te familiarizaras con todo. -

_ P-pero y… ¿Y si no, alcanzara el tiempo? - dijo tomando la mano de su abuela.

_ Ay mi niña, se bien que a esta edad lo más común es pensar en la muerte, pero yo no me preocuparía por eso, tengo fe en que lo aprenderás rápido y que yo podre estar contigo para cuando pase, además, tendrás a Nico para ti sola. - dijo susurrando lo último y guiñándole un ojo con picardía.

_ ¡A-abuela! - dijo alejando algo exaltada y sonrojada – ¿De qué hablas? -

_ Es la mejor compañía que podrás tener, un gran confidente, y solo a él le he confiado todo lo necesario para guiarte con seguridad en el caso de que yo no pueda seguir este camino contigo mi niña. - dijo mirándola con seguridad total.

_ Bueno… No negare que me apasiona la idea, amo esta villa con todo mi corazón, y sería un honor para mí cuidarla para que siga siendo tan bella en el futuro.- dijo tomando de nuevo la mano de su abuela con firmeza – Pero no te mentiré, no me siento capaz, aun no termino mis estudios.-

_ Por supuesto, mientras estés aquí, aprenderás del negocio, cuando no, te ocuparas de tus propios asuntos, y ya que estas aquí… - dio un par de aplausos haciendo que los sirvientes trajeran un poco más de comida.

_ ¿Por qué tanta comida abuela? No planeas engordarme ¿O sí? -

_ Como ya te dije, debes conocer a fondo nuestras tradiciones, y empezando desde hoy retomaras las clases de esgrima con Nico, y necesitas estar fuerte. - dijo sonriendo con algo de malicia antes de sacar su abanico y darse algo de aire.

Tina se sentía algo emocionada, hace 7 años que no practicaba el estilo de esgrima de su familia, muy diferente al estilo que suele entrenar en la escuela en modo competitivo, aun podía recordar lo emocionante que era chocar las espadas de practica con Nico, se sentía una aventurera, una pirata, una doncella guerrera de antaño, esas lecciones se volvían un mundo de fantasía para ella. Luego del desayuno fue al salón de entrenamiento, aun desde niña le intrigaba el porqué de tanta importancia, en estos tiempos ya el sable era algo obsoleto, no más que un ejercicio muy elegante, de niña le parecía solo un juego, al menos era divertido, pensó para sí, pero al llegar al salón y ver su instructor danzar en círculos con el sable, su mirada con total seriedad, estaba inmerso en su forma, casi podía visualizar el cómo se movía entre enemigos imaginarios, como danzaba a su alrededor con elegancia, como remataba con ferocidad, pero sin ser irrespetuoso, dejando un aire de nobleza en cada movimiento, como si recitara el credo de la casa Belladona con su sable.

_ Créeme, es mucho mejor practicar que quedarse viendo- dijo Nico sin voltear enfundando su sable.

_ Podría decir lo contrario, es como volver en el tiempo, siempre parecías un noble caballero de cuentos cuando te veía entrenar.- dijo sin poder ocultar su sonrisa de emoción al acercarse.

_ Bueno, no soy más que un humilde servidor de su familia señorita- dijo bajando la cabeza en reverencia – Aunque, ahora soy tu instructor, y como ya no eres una niña, ya no seré tan suave contigo como hace tiempo- dijo sonriendo y ajustando un guante en su mano.

_ Te informo que no he estado flojeando estos años, te complacerá saber que gracias a tus lecciones me volví la numero uno en el equipo de esgrima cada año - dijo confiada mientras tomaba un sable de practica.

_ Decir que eras la mejor espadachín entre un montón de chicos que usan la espada como deporte, es como decir que eres la mejor cantante entre un coro de mudos. - dijo confiado caminando alrededor de ella – El arte de la espada es para la batalla, no para el deporte, una estocada era la diferencia entre la vida y la muerte, no entre si ganas o pierdes un punto. -

_ Entonces pruébame. - dijo tomando una postura ladeada y lista para arremeter con una estocada.

_ Eso haré - decía desenvainando la espada y colocándose en una postura de guardia baja y provocando un ataque.

Tina comenzó a dar ligeros rebotes para marcar su ritmo, mientras Nico no se movía para nada, la postura de la joven era como la de una flecha ya cargada y lista para disparar, mientras que la de él era la de un blanco, rápidamente con un par de paso alargados Tina lanza su estocada directo al pecho descubierto, pero de inmediato Nico dio apenas medio paso en diagonal y con un ligero giro de pies desviaría la estocada con su sable, dejando pasar de largo a la aguerrida chica que de inmediato recuperaría la guardia a espera de un contraataque, a lo que Nico simplemente respondería llevando el sable detrás de él sonriendo. Nuevamente Tina volvería a atacar, pero esta vez tomando precaución de su distancia, en lugar de ir con todo lanzaría estocadas cortas un tras de otra, pero ninguna conectaría, simplemente estas apuñalaban el aire encontrando el vacío, y nuevamente con un giro y un paso cruzado Nico llegaría a su espalda para colocar el sable en el hombro de Tina y decir “muerta”, alegando un corte mortal. Retirando el sable de su hombro lentamente dando un paso atrás, luego dos pasos largos para tomar su postura colocando el sable en una guardia baja, buscando no perder la compostura Tina toma una bocanada de aire profundo, su experiencia en competencias le ayudaban a mantenerse calmada bajo presión, “es solo un punto”, pensó para sí, para luego intentar una finta, dando un paso pero, pero sin estocada, buscando que Nico se moviera y poder interceptarlo en un punto, pero Nico no retrocedió, ni siquiera pestañeo, entonces se daría cuenta, él ya le tenía la medida. De pronto Tina rompería su guardia y daría un paso atrás sin bajar su espada, tenía que ver las cosas desde otro ángulo, él era más alto, con más alcance, además, algo no se sentía cómodo.

_ ¿Ya te disté cuenta de que está mal? - dijo Nico reposando el sable en su hombro.

_ No es cómoda esta espada-

_ Es verdad, en la esgrima competitiva se suele usar común mente el Estoque, la espada recta para dar finas puñaladas, y lo que tienes en tu mano es un sable, una espada curva, mucho mejor para cortar que para apuñalar -

_ Así que mi estilo no va con la espada, entonces solo cambiare de… - volteo a buscar otra espada, pero al darse cuenta de que no había ni un solo estoque ya era tarde, ya podía sentir la espada de Nico en su cuello.

_ Te lo dije, un combate real no es por puntos, cada movimiento te lleva al filo entre la vida y la muerte - dio de nuevo un paso atrás y seguiría alejándose dándole por completo la espalda.

_ ¡¿Y por qué te distraes?! - dijo mientras buscaba dar un corte a la espalda de Nico, pero este simplemente volvería a dar un giro para esquivar, y siguiendo su movimiento posaría de nuevo la espada en su nuca.

_ ¿Y tú por qué creíste que de verdad lo estaba? -

Una y otra vez Tina atacaría en vano, Nico no parecía pelear, tal y como en su combate de sombras, parecía bailar con gracia y elegancia ante los ataques de la aguerrida chica, hasta que finalmente Nico daría un giro veloz, y con un golpe ascendente desarmaría a Tina que ya no le quedaban fuerzas en su brazo, ni en sus piernas, ya que caería de rodillas frente al joven.

_ Me dijiste que te probara… si fueras un vino del hangar, diría que el mosto fue bien pisado, las uvas son las correctas, pero el añejado ha sido el incorrecto, mala temperatura, mal resguardo, y te falta tiempo dentro del barril para que liberes tu verdadero sabor. -

_ Ahora… dilo otra vez, pero como si yo fuera un ser humano. - decía jadeando y sacándose la máscara protectora.