Y mientras llega la Luz #Venezuela
Venezuela es una vela que se derrite
mientras su pabilo soporta las embestidas del viento. El gobierno es el lobo que sopla sobre la mecha, mientras su gente es quien se las ingenia para no dejar que lo venza la oscuridad.
Pero esa oscuridad nos venció el jueves
Desde ese día hemos sido obligados a estar ciegos. Los revolucionarios nos han robado un sentido, ellos no quieren que los veamos…
Yo me quejo, a pesar que no fui de aquellos que se apagaron para siempre, por ello doy gracias. Me quejo y no soy de los que reza en un hospital pidiendo clemencias a Dios para que su salud resplandezca y también lo agradezco.
A pesar de tanta noche acumulada,
veo a mi país resistiendo. Veo a enfermeras y médicos usando linternas y yesqueros para que no siempre venza la parca. Veo a periodistas invirtiendo sus libertades para forjar la nuestra. Veo personas ayudando a otros a ver y hablar con sus seres queridos.
Quisiera que todo fuese solo un sueño. Quisiera cerrar los ojos para no tener que ver cómo la muerte nos rodea.
Sé que no es suficiente solo desear que llegue la luz, la verdadera luz, si con esa claridad tengo que ver a miles de familias haciendo cola para surtirse de agua de las cloacas, del Guaire y de piscinas infectadas, para beberla y ducharse.
La electricidad va y viene, pero aún no llega la luz
No llega ni siquiera el tiempo, porque las horas no tienen nombre y si no es medio día, no sabes si son las 9 o si son las 14. Lo único que sabes es que no es coincidencia que el sol y la soledad comiencen a escribirse igual, cuando lo único que te resta es conocerte a ti mismo, frente a un escenario que no tiene los sonidos habituales, ni las opciones de verte libre.
Y mientras esa luz no llega, veo a una gran represa con muchísima fuerza, pero desahuciada de su potencia por un supuesto comunismo. Hoy lo único que brilla es la corrupción por la que hemos llegado a este holocausto que no pide permiso para repartir sus injusticias.
Hoy veo bigotes y cabellos sin iris
que vociferan que apagarán definitivamente la vela, pero por encima de eso veo el coraje de un pueblo que no lo permite y me incluyo.
Hay quienes protestan y termina presos, otras saquean por hambre o viveza, hay quienes ayudan y otros cobran por una energía que no debió costarnos tanto.
Acá estamos, sin ningún tipo de comunicación
Aislados de quienes están cerca y sobre todo de los que están lejos, con los refrigeradores descongelando la comida, sin agua, sin la opción de comprar nada y yo miro a mi familia, me emputo y me quejo y luego me alivio, porque hay gente que no volverá ni a decirse hola o a pedirse la bendición.
Y yo me quejo, tengo que quejarme, no puedo quedarme en silencio, debo drenar toda esta tragedia de alguna forma. Y también agradezco, agradezco que mi llama sigue prendida y tiene aún el coraje de seguir luchando por no dejarse vencer.
Así que, Dios
Danos luz, danos fuerzas, protégenos, concédenos paciencia, salud e inteligencia para resistir. El pueblo, su gente, mi familia y muchas otras, siguen dejando sus almas en esto de que no se nos apague la vela.
Y mientras llega la luz
Rezo por mí y por los demás. Y mientras llega la luz, va y viene la electricidad. Seguimos a oscuras, pero tenemos el camino claro, tan claro como los días que tienen contado los que soplan con sus alientos llenos de corrupción.
Foto de mi autoría