No se puede ofrecer otro mundo.

Apoyamos a los chicos hasta el final.
Todos nosotros, desafortunadamente, somos el mismo mundo,
Que Cristo prometió enviarnos,
Mi corazón se derramará sobre mi sangre.
Y en las ramas comenzó a llorar suavemente un mirlo.
Aún no se ha resuelto.
Quien por Cristo sufrió aquí
Pones una valla publicitaria para todos.
¡Pero terribles cicatrices no me pintan la cara!
Cuando la verdad para dos colapsó granizo
No podemos romper el espíritu
Condenado por el destino.
Y en tu alma siempre dando vueltas brisa de primavera.
Qué servicio vendrá al palacio.
Estoy atrapado por el centelleo de tus ojos,
Nos quedamos hasta la mañana en el porche.
Piensa: porque en nuestro mundo cercano
Sobre mañana, sobre un año y sobre muchos años.
Ahora necesito a alguien en quien confiar
Eres uno, uno entre millones.