Me encanta participar del concurso. Despierta mi ánimo y el gusto por la investigación. Como siempre agradecida por el patrocinio y tu gestión, deja ver tu pasión @trenz por este género literario.

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LAS CRONONAUTAS MARIE Y JULIET

Las Hermanas Sor Marie y Sor Juliet, coincidían en el confesonario atendido por el padre Brune, situadas a ambos lados narraban al unísono sus experiencias. Brune era el documentalista de los viajes. Aquella mañana el grupo se sintió inquieto, estaban preocupados al terminar la sesión, contrario al optimismo acostumbrado. Fue necesario que el padre Ernetti le hiciera un ajuste urgente mini-sincronizador.

En sus viajes debían tomar una muestra, para documentar su experiencia. Antes del regreso, debían asegurarse dejar algo para compensar el objeto sustraído. La estadía en el pasado era de unos 15 minutos, lapso que duraba una confesión.
Durante esos minutos maravillosos, sus cerebros alertas observaban sin asombro ni miedo. Pero aquel día las hermanas temían a la locura. Volver al pasado estaba bien, pero a los pocos minutos develársele sus futuros, era en definitiva una conmoción insostenible.

Cuenta Sor Marie: -Estaba vestida con mi traje de Primera Comunión, nos dirigimos hacia la plaza, jardín lateral de la iglesia. Al entrar por la nave principal mis padres caminan entre cirios y flores. El réquiem de Mozart invade mis sentidos, sobre mi pecho un Cristo, la sombra de una rosa blanca me acompaña en el interior del ataúd.

Sor Juliet refiere un suceso similar: -Mi padre y yo estábamos arreglando el jardín, cortando flores para la iglesia, al terminar me dieron la tarea de llevarlas. Al pasar umbral gótico, a paso lento, estaba vestida de gris perla, sostengo un ramo de rosas amarillas, en el altar vi al padre Ernetti esperando para desposarme.