Te escogí, caminante de la vida.

A ti caminante de la vida, que transitas por senderos que muchos ven con heroísmo, te escogí por una razón, en ti veo el poder de la vida y la resurrección, con tu valentía venciste a la muerte que muchas veces respiró detrás de tu oreja tratando de robarte el aliento.

Emprendiste un arduo camino, cerraste tu ciclo de vida anterior, te enfrentaste al poder de las tinieblas. Frías, sigilosas, acechantes, así son, a la espera de aquél que pierda su fe para devorarlo; y aunque en algún momento el cuerpo sucumba antes de lo previsto, el alma del caminante permanece conmigo porque salió a su camino afianzado en la fe. Ya llegará el tiempo de dar testimonio de mi obra en su vida. No en vano digo que quien cree en mi no morirá para siempre.

A ti caminante de la vida, cuya alma de fuerza indómita rompe las barreras que el hombre en su ignorancia cree que son fuertes, te bendigo.

Caminante de la vida que se levantó de sus cenizas e iluminas el camino, como sol que rompe la oscuridad de la noche en su momento más crudo, te recuerdo que no estás sólo.

Marcador de senderos, mantente puro en tu alma que Yo, tu Padre, te cuidaré.

Caminante de la vida, aunque esta prueba es dura, te escogí para que la ejecutaras, nadie podía hacerlo mejor que tú. Tu vida y su resurgimiento son las pruebas que corroboran Mi Existencia. Eres mi milagro, farol que reparte Mi Luz. Mantén tu alma y tu vida íntegra, así vivirás en el goce eterno.

Caminante de mis designios, tus lágrimas de esfuerzo acompañadas de la honestidad de una voz quebrada tras un grande sacrificio, demuestran la fuerza de tu alma. Guerrero de luz cargado de valentía, siempre estaré contigo… Atentamente Dios.

Dedicado a todos los que caminan por la vida, en especial a aquellos que atraviesan países y fronteras esperanzados en ayudar a los suyos.