La naturaleza no perdona.

Dando una vuelta por un parque cercano nos encontramos con una ceiba majestuosa, que al acercarnos invitaba a descansar en su regazo.

Se veía tan pero tan espectacular con sus ramas frondosas e imponentes, maravillosas para nuestros pequeños cuerpos que apenas somos unos insectos ante su imponencia.

Al acercarnos más detenidamente a su tronco nos llevamos una sorpresa y es que en el, encontramos una desagradable grieta que abarcaba más del 50% del diametro del mismo, que ha sido realizada por insectos y roedores, suponemos que comejenes en su mayoría que son los que hacen el mayor daño a la madera, pero aceptemolo aunque dañen la madera, este es un proceso natural de fertilizar y nitrogenar el suelo aunque me odien todos los que lean esto, de eso se trata su función en la madre naturaleza.

Se que da una tristeza que la maturaleza sea tan dura pero así es el proceso, y lamentamos que en unos días el que fuera un frondoso árbol que daba cobijo a muchas especies terminará roído, así pasa con muchos humanos vemos la persona joven y fuerte y en unos días llega la enfermedad y aquel ser fuerte termina sucumbiendo ante el ciclo indetenible de nuestra madre naturaleza.

Por ahora aún podemos degustar su sombra y cobijo pero sabemos que sera por poco tiempo, así que lo disfrutamos mucho.

Gracias por la visita recuerden material propio fotos incluidas.