«Una vida sin examen no merece la pena ser vivida». Ya Sócrates en el s. V a.C. estaba perfectamente consciente de ello. Sonará tedioso, abrumador y hasta absurdo: debemos cuestionar todo aquello que pensamos —y no me refiero al sentido escéptico de la duda sino al razonamiento crítico y lógico del porqué hacemos las cosas como las hacemos—.

     Mediante esta reflexión crearemos uniones entre conceptos para comprender lo que ya sabemos. Para entender qué es el hombre, qué es la realidad, por qué sucede lo que sucede; debemos antes cuestionar lo que pensamos para comprender lo que sabemos, de ese modo dejaremos de ser ignorantes controlados por alguien más ignorante (pero más astuto también), convirtiéndonos en labradores de nuestro propio destino. Aquí la sentencia de Sartre: «el hombre está condenado a ser libre», entra en juego. El planteamiento de Sartre expone la responsabilidad humana y el deber de nuestra existencia, somos tan responsables de lo que hacemos como de nuestra omisión.

     Sabemos que tenemos un deber humano innato respecto a nuestra existencia y respecto a nuestras acciones. Por lo tanto, debemos obrar en consecuencia. Una persona que no actúa reflexivamente no merece vivir, es un derroche de recursos, es peor que cualquier escoria. Lo más grave de todo es que estas ‘personas’ son la mayoría. De entrada se ve claramente la consecuencia que esto acarrea: la democracia no sirve en un pueblo de ignorantes borregos que balan al son de un escuálido lobo. La democracia es únicamente viable en una verdadera sociedad culta y preparada, para poder ejercer el ‘derecho’ al voto las gentes deberían tener un mínimo de educación aprobada y en su defecto aprobar una simple prueba de conocimientos (críticos) generales, que ninguna persona con cargos penales (pasados o presentes) pueda votar, etcétera, además para que funcione esta ‘democracia’ se deberá tener un parlamento de hombres preparados que tengan el veredicto final de las decisiones tomadas sobre el país. De más está decir que todo caso de corrupción deberá ser sentenciado con todo el peso de la ley y que sufra de una destitución vitalicia de su cargo y posibilidad de ostentar alguno otro (no podrá volver a ejercer ningún cargo público, esto vendrá acompañado de una desacreditación de su persona por los actos cometidos). En fin, debería ser una sofocracia la que se implemente y que vivamos.

     Nada tendrá que objetar toda persona racional a esto. Es lo más lógico que solo las personas estudiadas y críticas tengan derecho a votar, el caso contrario (el de los ignorantes) sería lo mismo a pedir ayuda y opinión para que un grupo de desconocedores diseñe y construya un edificio (¿conocen a algún arquitecto o ingeniero civil que delegue su trabajo a un obrero?) o que decidan a cómo se debe proceder a una operación a ‘corazón’ (¿o conocen a algún docto en medicina que consulte la opinión del recepcionista de la sala de espera?). Suena totalmente absurdo, ¿no? Es igualmente absurdo que un grupo de ignorantes puedan decidir el destino de una Nación.

      "A life without examination is not worth living." Already Socrates in the c. V b.C. was perfectly aware of it. It will sound tedious, overwhelming and even absurd: we must question everything that we think —and I do not mean the sceptical sense of the doubt but the critical and logical reasoning of why we do things as we do them—.

     Through this reflection, we will create connections between concepts to understand what we already know. To understand what man is, what reality is, why what happens that happens; first, we must question what we think to understand what we know, in that way we will stop being ignorant controlled by someone more ignorant (but more astute too), becoming farmers of our own destiny. Here the sentence of Sartre: "Man is condemned to be free", comes into play. Sartre's approach exposes human responsibility and the duty of our existence, we are as responsible for what we do as for our omission.

     We know that we have an innate human duty regarding our existence and of our actions. Therefore, we must act accordingly. A person who does not act reflexively does not deserve to live, it is a waste of resources, it is worse than any dross. The most serious of all is that these 'people' are the majority. From the outset, you can clearly see the consequence that this entails: democracy does not work in a town of ignorant sheep that balances to a squalid wolf. Democracy is only viable in a truly educated and prepared society, to be able to exercise the 'right' to vote, people should have a minimum of approved education and failing that pass a simple test of general (critical) knowledge, that no person with criminal charges (past or present) can vote, etc., also for this 'democracy' to work, there must be a parliament of prepared men who have the final verdict of the decisions made about the country. Needless to say that every case of corruption should be sentenced to the full extent of the law and suffer from permanent destitution of his position and possibility of showing some other (cannot return to exercise any public office, this will be accompanied by a discrediting of his person for the acts committed). In short, it should be a sofocracy that is implemented and that we live.

     Nothing will have to object to any rational person to this. It is most logical that only the people studied and critics have the right to vote, the opposite case (that of the ignorant) would be the same to ask for help and opinion so that a group of strangers design and build a building (Do you know any architect or civil engineer who delegates his work to a worker?) or decide how to proceed to an operation to 'heart' (Or do you know someone who is a medic who asks the opinion of the receptionist in the waiting room?). It sounds totally absurd, right? It is equally absurd that a group of ignorant can decide the fate of a Nation.