De todas maneras estos pueblos bajos tienen sus encantos: la tranquilidad, la buena convivencia con los vecinos, la solidaridad. Todas cosas que en las ciudades grandes se van perdiendo.
De todas maneras estos pueblos bajos tienen sus encantos: la tranquilidad, la buena convivencia con los vecinos, la solidaridad. Todas cosas que en las ciudades grandes se van perdiendo.