Poema dedicado a mis duelos

Niñita
puedo sentir como haces fuerza en cada músculo
como te contraes
como intentas
sin lograrlo
arrancarte las raíces
y esos relámpagos en tu interior
puedo vivir en tus ojos y empaparme de tus lluvias
navegar en tus ríos
de los cuales no distingo el color.

Incluso tus calambres
niñita
lo(s) siento
y sin esa puta letra también.

Disculpa mis ganas atroces de tocarte, sentirte y arrugarme en tu piel
yo te perdono tanto dolor
ese huequito que se abre en la fascia de tu pecho y va terminando en lo más hondo
esos nudos acumulados en tus arterias
de tanto aquello que nunca dijiste
el eco de tu estómago
causa de tus vacíos infinitos.

Sé que lo tuyo no son rabietas mi niña
Que estás llena de montañas
Ardiendo en un incendio forestal
Que tus ojos quebradizos son el sol
Y que mirar(te) quema.

Conozco el porqué de cada marca que lleva tu cuerpo de Venus
Los complejos de tu piel
Y como te divorcias de ti misma cada que te hartas
Sé donde habita tu lengua
Y he llegado a descubrir sus malas costumbres.

Manda a dormir los cigarrones
Que en el infierno en el que habitas
también se escuchan maestros
y bailamos sobrios
aunque añoramos vino.

Deja de morder tus labios
deseando
aquí están mis hombros
no hay espacios para dislocarlos.

Llora
niñita
como si fueras hija única
abre tus manos
están rotas de tanto sujetar puñales
deja que el dolor corra y se vaya lejos
no puedes estar más sola
sin embargo, te juro
no estás abandonada en la intemperie mi niña
te abrazas y lloras
te tienes.
Estás aquí.