No  sé la suerte de  suerte.

Tés de menta secav
El amor de Cristo calienta nuestras almas.
Cristo respondió que no era pan.
Si siempre fui arrogante.

Me manchaste los días grises.
Mi vida es absolutamente pobre.
En el pequeño pueblo de Zagórz.
¿Dónde está la casa, cada casa, como un viejo amigo?

¡Cuán pocos son los que pueden apoyar!
Y la vida se va, mientras tanto,
Amor celestial de cristo
En el flujo de noticias sucias.

El que ha estado buscando toda su vida.
Al parecer así te querías
Y el corazón abre sus oídos.
Estoy triste sin ti.

Solo para ver el resplandor del fuego en los lienzos de tus pupilas.
Reconoció el letargo a pesar del temblor y el frío.
Vives en amor y silencio...
Volverás a abrir mi puerta.

Donde se espera la comodidad y se fríe la estufa,

Que absorbe todo el hedor de las calles de escombros,
Persecución habiendo aceptado a aquellos con alegría.