Tu nombre en mí.

Vibraciones sonoras que recorren mis caderas mientras se mueven lentamente sobre tu eje, me parece que es mejor cuando me ayudas y dejo de hacerlo sola, no puedo hacerlo yo misma todo el tiempo, sé que vas a estar ahí para cuando quiera sentirlo de nuevo. Estoy descubriendo cada rastro, cada amante, algunas veces misterios que no quisiera dar por entendidos. Pero es mucho mejor cuando estamos en nuestro punto y sollozamos de deseo, amo aclamar un encuentro entre tus piernas, te lo podría pedir mil y un veces…

No me canso de ver como se apagan tus ojos y la piel comienza a brillar como luciérnagas en la oscuridad, somos dos extraños en busca de cuerpos que nos reciban, olvidando viejos amores en el camino, sin esperar nada a cambio. Intento permanecer bajo tus órdenes, algunas veces es tan complicado. Estamos en este juego de siempre encontrarnos, de hacer una cacería sin final, construyes viejos rompecabezas con mi rostro, no es lo que buscas, pero es lo que tienes cuando te deslizas dentro mí y no quieres salir, deseas quedarte y descansar en mis senos lentamente, un rato.

Me encanta estar a solas contigo, susurrar y gritar tu nombre, gemir para saludar a un nuevo amanecer, lo que tú me haces sentir trate de olvidarlo, no sé si tenga ganas de hacerlo de nuevo, quisiera que te arriesgaras a querer lo que todos ignoran, no es difícil si quitas las dos manos y te dedicas a palpar y no juzgar.

¡Gracias a todos por estar!