Malacara

Esta es una historia que habla de héroes, como muchas otras, lo diferente es que en ésta el héroe es un caballo. Esta es la historia del Malacara.

Cuando en el año 1865 llegó la primera inmigración galesa, cosa de la que hablé en otra publicación que se puede ver aquí, John Daniel Evans viajaba con sus padres y tenía apenas 3 años de edad.

Con el correr de los años y el crecimiento de la colonia llegó el tiempo de explorar y a John se le daba muy bien, era un hombre de acción.

En el año 1882 llegó a la Patagonia un tal capitán Richards proveniente de Australia donde fue un ávido buscador de oro en tiempos de la “fiebre del oro” australiano. Según el mismo contaba, había sido millonario y lo había perdido todo. Pero este Sr. Richards tenía intenciones de buscar oro en toda la extensión del río Chubut y tal era su entusiasmo que lo contagió a John D. Evans y a un grupo de sus amigos, John fue contratado como baqueano de la expedición.

En noviembre de 1883 aprovechando la primavera partieron hacia el oeste, a finales de febrero de 1884 había llegado hasta el río Gualjaina y allí hicieron campamento.

El 4 de marzo, montando el mejor caballo al que llamaba Malacara, Evans y sus compañeros James Parry, John Hughes y Richard Davies arreaban en busca de buenas pasturas una tropilla de 14 caballos, de pronto fueron atacados por un grupo de guerreros del cacique Foyel sin mediar aviso ni justificación aunque se supone que los confundieron con espías del ejército que por esa época estaban en plena campaña de la conquista del desierto. Los tomaron totalmente por sorpresa y los tres compañeros cayeron abatidos por las lanzas indígenas mientras Evans pudo sortear el cerco y a galope tendido poner cierta distancia con los mapuches.

Respecto a su huida voy a transcribir lo que el propio Evans puso en su diario del viaje:

“Clavé las espuelas en las costillas del Malacara, rompí el primer cerco de lanceros en el mismo instante que un indio que se encontraba a la retaguardia tomaba su lanza con ambas manos y me la arrojaba: logré desviarla con mi brazo y la vi clavarse en la arena al lado de mi caballo. Antes que tuvieran una segunda ocasión, mi Malacara con dos saltos salió de su alcance y ahora disparaba dando tremendas brazadas a todo lo que daban sus patas, hacia el noroeste, mientras un tropel de indios me perseguía”.

Llegó hasta un zanjón de unos 4 metros de altura y el caballo con un salto perfecto lo sorteó y continuó su huida, los indios no se animaron a saltar y prefirieron hacer un rodeo para encontrar un lugar menos peligroso, de esa manera pudo poner una distancia indescontable y salvar su vida.

Continuó cabalgando por 2 días, parando solamente para dar de beber al noble animal. Tanto él como el caballo estaban al límite de su resistencia, el Malacara sangraba por sus cascos debido a lo pedregoso del camino y a que no tenía espuelas, finalmente se cruzó con un colono de apellido Davies quien le facilitó otra monta y se comprometió en cuidar, curar y alimentar al noble animal hasta su regreso.

8 días después John Evans y una partida de 42 voluntarios pertrechados y armados regresaron al lugar de la masacre para rescatar los cuerpos de sus tres compañeros abatidos. Al lugar de la tragedia le pusieron por nombre “Valle de los mártires” que se conserva en la actualidad.

En el año 1888, algunas familias galesas se desplazaron hasta la colonia 16 de Octubre, donde fundaron el actual pueblo de Trevelin y allí John Daniel Evans construyó el primer molino harinero del Chubut. La historia del molino puede leerse Aquí

El Malacara murió en 1909 a la edad de 31 años tras una caída sobre el hielo y fue enterrado en los campos de la familia Evans.

Junto a un pedregón aun hoy se lee una lápida escrita con letras de molde:

AQUÍ YACEN LOS RESTOS
DE MI CABALLO EL MALACARA
QUE ME SALVÓ LA VIDA EN EL ATAQUE DE LOS INDIOS
EN EL VALLE DE LOS MÁRTIRES EL 4-3-84
AL REGRESARME DE LA CORDILLERA
RIP
JOHN D. EVANS

Héctor Gugliermo

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