El viajar debería de tenerse como la mejor escuela y estar al alcance de toda la humanidad. Sería maravilloso si todos pudiéramos recorrer el mundo y darnos cuenta de lo parecido y diferentes que somos a la vez todos los seres humanos. Advertir que somos diferentes en la manera de vestir, en la forma de comer y hasta en el estilo que elegimos para hacer nuestras casas. pero percibimos también que tenemos necesidades comunes como aislarnos de la intemperie, alimentarnos o contar con un refugio mientras descansamos. También nos parecemos en que necesitamos compartir nuestros sueños, alegrías, ilusiones y esperanzas y en que necesitamos querer y ser queridos.

La persona que viaja, al entrar en contacto con otra u otras culturas, otras formas de entender y apreciar la vida, amplía su conocimiento, los amplía hasta sin proponérselo pues como todo lo que percibe le resulta nuevo y novedoso, no tarda en hacer comparaciones. Al comprar, reflexiona y al reflexionar, produce e incorpora a su mente conocimiento nuevo.

Al viajar y separarnos de nuestra casa y nuestros seres amados, con apenas lo indispensable como equipaje, aprendemos a descubrir qué es lo esencial y que lo superfluo de la existencia. Nos damos cuenta que lo esencial no son las cosas y los objetos que recibimos. Que lo esencial son los valores que nos brindan y que también portamos, como la amistad, la solidaridad, la lealtad , la generosidad, entre otros.

A la par de viajar la persona que quiera aumentar su conocimiento debe leer. La lectura y los viajes forman una pareja insuperable, en el proceso de hacer de una persona común y corriente, un individuo culto, ya que el libro complementa al viaje y el viaje complementa al libro. Ambos recursos, por sí solos, son muy buenos. Juntos son extraordinarios. Por algo Cervantes, el mayor escritor de nuestra lengua afirmó:

Pero dado el costo de los viajes, el camino más próximo es la lectura. Recordemos lo dicho sobre la lectura por el filósofo René Descartes:

Para los jóvenes Venezolanos, viajando por el mundo en busca de nuevas oportunidades, se les presenta una oportunidad de oro para ilustrarse y conocer las diferentes fuerzas de conocimiento en los países vecinos, es obvio que a partir de ahora los venezolanos seremos más reflexivos en comparar cómo son las personas en otros países, y como somos nosotros, cuales las buenas y malas costumbres que hemos tenido, eso es el punto más importante, copiar lo bueno y no lo malo.