Texturas de mi dulce hogar [fotografías]

Una de las cosas más mágicas de la fotografía es que cuando entrenas el ojo poco a poco, puedes convertir en magia muchísimas cosas. Con magia me refiero a que no todo es como parece. Cuando aprendes fotografía, puedes descubrir la forma de engañar el ojo del espectador mediante ángulos, encuadres, entre otros. Todas las cosas que nos rodean podemos convertirlas en un elemento distinto, todo depende del mensaje que queramos transmitir.

Hace poco hice un estudio de texturas a raíz de una guía de fotografía que estuve leyendo. Para mí es muy importante transmitir un mensaje ambiguo y abierto a través de mis fotos, principalmente todo lo que tiene que ver con aquello que vemos y queremos sentir.

Las texturas son cosas fascinantes que están en todos lados. Desde lo liso, áspero, rugoso, entre otros, podemos encontrar a través de las fotografías diferentes sensaciones, como si de verdad las estuviéramos tocando. Por supuesto, todo esto depende del mensaje que queramos transmitir y el trabajo de revelado que se le da a la fotografía.

Decidí hacer un estudio de texturas en mi casa. Estuve caminando la casa un par de veces para descubrir las texturas del suelo, de paredes, del techo, e incluso de las sábanas. Cuando empiezas a experimentar con texturas, te das cuenta que pasamos demasiados detalles por alto a lo largo de nuestros días. Y como yo soy experta en encantarme con la mínima cosa que me encuentro (por insignificante que le parezca al resto) termino documentandola.

En este post me gustaría mostrarle algunos de los estudios de textura que hice:
 

En esta fotografía estudié una de las paredes de la casa. Por alguna razón me hizo pensar en jeroglíficos y demás cosas.

 

Paredes que simulan el caramelo más dulce del mundo.

Esta textura con toques ásperos en las orillas me encantó. Es parte del techo, por supuesto, son láminas.

Y ese áspero suelo con un agujero curioso. ¿Qué pasaría si llegáramos a asomar nuestro ojo?
 

A esto me encanta llamarle "textura dual". Son esas texturas que marcan una diferencia bastante peculiar en un área determinada.

Esta fue una de las texturas que más me llamó la atención. Una de las cosas que llegué a relacionar con las sábanas fue el cuerpo humano representado en ellas. Dedos, principalmente. Y esto me causó una sensación divina relacionada a la tactilidad. ¡Siento que puedo tocar la foto y sentir las sábanas!

 

Para ser honesta, me sorprendí a mí misma con esta fotografía. En una laguna mental de mi consciencia, llegué a interpretar la foto como un abarrote de personas entrando al mar, o simplemente personas en la arena. Cuando la vi, me froté los ojos, ya que sabía que no era eso. Sin embargo me atrevo a decir que esta fue mi textura preferida.
 

Esta también me fascinó. La sentí muy cálida y fascinante. ¿Alguien puede adivinar qué es?
 

Para mis retos fotográficos, estoy planeando estudiar determinadas corrientes y eventos de la misma fotografía, ya sea el ritmo, las composiciones en cuanto a los colores, etc. Me divertí un montón con la textura, y hasta el día de hoy me sigo topando con texturas que me sorprenden y me divierten como niña pequeña. Definitivamente fue un reto interesantísimo y también me ayudó a superar algunas fobias visuales con ciertos elementos que suelen causarme grima (como los agujeros muy juntos).

 
Pretendo seguir publicando más de mis avances fotográficos, soy apenas una aficionada pero puedo decir con propiedad que estoy aprendiendo de los mejores.

 

¡Gracias por leer!

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