Grandes conflictos milenarios | Literatura

Encima de la muchedumbre sin rumbo, los grandes dioses iridiscentes miraban a la humanidad. Aunque ya no eran parte activa de sus designios, siempre sería entretenido ver como esos pequeños trozos de carbono caminaban erráticos, buscando un rumbo que jamás encontraría.

Desde la gran mesa de banquete donde comían su sustento de lunas frágiles y deseos desechados, los dioses del milenio describen sus pequeños conflictos con la humanidad ante los ojos del Dios Mayor. Para ellos, esta generación en particular estaba resultando bastante abrumadora por muchas razones.

-¿Sabían que no se miran a la cara casi? ¿Cómo puedo hacer que se enamoren?-se quejaba la Diosa del amor, consternada por la falta de romance general que tenía la humanidad.

-Simple, querída-le sonríe una de las Diosas de los Pecados, Sensualidad.-Tienes que hacerlos desear tener sexo.-puntualizó la sensual oración con sus dedos tamborileando por su pierna expuesta, llegando justo a la unión de ambas.

La sonrisa pícara que destellaba en sus labios de frambuesa fue suficiente para que un joven Dios de la Guerra tragara seco. El chico, enamoradizo y aún novato en las crisis de los humanos, deseaba con todas sus fuerzas a Sensualidad. Lamentablemente, tenía a su hermano gemelo, también Dios de la Guerra, para luchar por ella. Y ese conflicto se arrastraría por mucho tiempo, pues ambos titanes de la destrucción humana, no lograban ponerse de acuerdo en nada jamás.

Desde la otra esquina de la mesa, una impaciente Diosa de la Fertilidad tarareaba canciones de cuna. Los humanos hace décadas habían dejado de tener sexo en su honor, y aunque poco ocurría ahora, los rituales en su honor eran importantes para el balance universal. ¡Sin ellos podrían caer en caos! Pero eso a nadie parecía preocupar.

-Si los humanos no me honran pronto-dice Fertilidad en un susurro-Todos vamos a tener problemas.

-Por eso insisto, hagan caso: S-E-X-O.

-Sensualidad, no todo es deseo. Hay gente que necesita algo más que eso-le replicaba el Dios de las profundidades desde el borde de la playa.

-Me da igual, Oceanía-responde con desgano Sensualidad-Un humano que no desee es como una basura en mi ojo, me molesta.

-El sexo hace girar al muuuuuundo-dice la Diosa del Sexo, estirada tal cual era sobre un nido del almohadones. Su cuerpo escultural se dejaba ver bajo la suave gasa que la cubría. Y ella sin pudor exhibía lo que su hermana Sensualidad consideraba "el cuerpo del pecado".

-Yo hago girar al mundo, no seas estúpida y atrevida-dispara el Dios de la Tierra desde otra esquina, deteniendo todos los murmullos.

-Tierra...-advierte el Dios Mayor.

-¡Pero es cierto!-replica la Diosa de la Luna, bajando de su terraza.

-Sin importar si es cierto o no-retumba el Dios Mayor-Tenemos que estar de acuerdo en algunas cosas. Y la primera es que sin sexo, no hay humanidad.

-Se inventaron algo llamado "fertilización in vitro" para eso, Mayor. Ya no necesitan el sexo para crear humanos nuevos.-dice el Dios de las Ciencias, criatura extraña y excéntrica entre tantos titanes.

Durante unos instantes, todo es silencio. Los Dioses todos lo miran con un poco de asombro. Constantemente olvidan que este es uno de los dioses más nuevos, pero más poderosos de todo el reino. Los humanos le daban mucho poder y era uno de los pocos que recibía más y más seguidores a diario. Eso los atemoriza un poco, en especial porque siempre hablaba con la verdad.

-Y yo me encargo de hacerlo casi imposible-sonríe con soltura el Dios de la Codicia.-¡Hago que les cueste hasta respirar!

-Creo que se te ha pasado la mano-le responde el Dios de la Sabiduría con gravedad.

Su barba blanca y tamaño le confieren un aspecto frágil, pero es cada día más potente. La humanidad ahora está despertando de su letargo, aprendiendo todo lo que puede y dándole poder por primera vez en muchas décadas de estupidez colectiva.

-Basura. Los humanos viven y mueren a través de mi, Sabiduría.-dije triunfante Codicia.

-Que prepotencia. ¿No te llamarás Soberbia de casualidad?-le replica Sabiduría, con picante en su voz.

-¡BASTA!-les grita el Dios Mayor desde su asiento, golpeando la mesa con los puños-No hay un día en este vacío infinito de nuestra existencia que no tenga que escuchar sus constantes quejas sobre los humanos. ¡Gracias a ellos existen, Dioses!

-En algo tenemos que concentrar nuestra eterna energía-dice el Dios de la Discordia, encogiendo sus hombros.-Dedicarnos a destrozarlos sirve para mantenernos ocupados.

-¿Qué tal si eligen por una vez hacer algo por un solo humano?-les dice el Dios de la Paz, que camina tranquilamente hacia el borde de su isla en las nubes.

-Solo le cumpliremos el aburrido sueño a un idiota-murmura el Dios de la Poesía mientras acaricia los largos rizos dorados de la diosa de la Literatura, que irónicamente, jamás opina en estos debates.-Hacerle bien a los humanos es cumplir una fantasía, solo prefiero verlos desde acá.

Todos los dioses están de acuerdo de una u otra manera con esto. Y es que el Dios de la Poesía, tan estricto como maravilloso, siempre sabe que decir sin importar si rima o versa. Es sabio, dentro de su cinismo infundado por malos poetas y amateurs con ínfulas de gran autor. Para los dioses en algún momento de su historia, intervenir con la humanidad era divertido. Ahora era como tirarle diamantes a los cerdos.

¿Favorecerlos para qué? Para que un pequeño humano que hace años había dejado de creer en las fábulas pudiera tener un momento digno de cuento de hadas. Definitivamente, el reino de los dioses se había hecho muy aburrido con los años para todos los que vivían en el. Lo único interesante que tienen para entretenerse era adivinar donde la diosa de la Natura causaría la próxima catástrofe. Del resto, pasaban sus eternos días viendo a los humanos que hace siglos habían olvidado de la existencia del mundo sobre ellos.

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¿Crees que existan los dioses?

Aunque no soy ni religiosa, ni creo en una corte de deidades mitológicas, si creo que puede existir una especie de poder superior. No se si sea la energía, o el poder del libre albedrío acumulado por milenios. Solo se que algunas cosas, no tienen una explicación 100% racional y que hay que darle cabida a lo sobrenatural de cuando en cuando.

Y tú ¿Crees que exista un poder sobrenatural que nos controla, ayuda o favorece?

-A.