Como comenté en publicaciones anteriores, estaré compartiendo algunos contenidos relacionados con la influencia de las tecnologías digitales en nuestra vida, con propósito de orientar y abrir un espacio de reflexión y concientización en cuanto a su uso. En tal sentido, en una primera entrega publiqué sobre Cibercondría o hipocondría digital. Un mal de Internet, luego comenté sobre El Dr. Google como médico de cabecera. Ahora, trataré el tema de los teléfonos inteligentes y su influencia en el Síndrome de la procrastinación.

Los teléfonos inteligentes y el Síndrome de la procrastinación

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Posiblemente, cuando estudiabas (o si aún lo hace), tenías un conjunto de asignaciones con fechas límites para ser entregadas, las mismas establecidas bajo una planificación con tiempo suficiente para ser realizadas de forma paulatina hasta lograr culminarlas sin ningún contratiempo y ser revisadas para garantizar la calidad de cada una. Sin embargo, al momento de tomar la iniciativa de comenzar a desarrollar algunas de ella seguro saltaba a tu mente y te decías –aún hay tiempo- -no hay apuro- -no siento ganas- -no tengo ánimo de arrancar- -no me provoca ver el cuaderno-.

De inmediato, buscabas realizar otras actividades que te generaban goce, tranquilidad, felicidad, distracción, simplemente, te dedicabas a otras cosas, eventos, personas, apartándote de lleno de las tareas asignadas, liberándote de la responsabilidad. No obstante, éste panorama no solo se evidencia cuando se es estudiante, también, se percibe en otros escenarios. Cada persona, en ciertos momentos, vive la experiencia de aplazar lo que se debe atender, esto puede ocurrir varias veces y el contextos distintos.

A la acción de postergar, desplazar, aplazar, posponer, retrasar, evadir situaciones, actividades, tareas y asignaciones, se le llama Procrastinación. El mismo se ha percibido por largo tiempo en las personas lo que ha motivado a los psicólogos a realizar estudios sobre el fenómeno y quienes precisan que se ha convertido en un síndrome. Esto como resultado del comportamiento volitivo del ser humano, es decir, una tendencia voluntaria a evitar los compromisos o las responsabilidades las cuales son reemplazadas por otras actividades que dan satisfacción o placer.

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La Procrastinación vista como un síndrome va asociada a excusas donde algunas de ellas son excesivas o adictivas como; comer y comprar compulsivamente, la salidas constantemente para distraerse, el uso de la TV, del computador si posee conexión a Internet, igualmente pasa con el teléfono móvil, especialmente, los inteligentes que ofrecen una gran variedad de alternativas las cuales suelen ser agradables, placenteras y divertidas permitiendo ser una forma de escape a las situaciones o actividades asociadas a responsabilidades.

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Según los expertos, la presencia de los teléfonos inteligentes se está convirtiendo en un elemento que contribuye en el fortalecimiento de la Procrastinación, el mismo palpable en lo educativo, laboral, social y hasta en lo personal. Señalamiento que puedo confirmar con propiedad en el primer escenario, específicamente en el nivel superior, donde he escuchado a mis estudiantes alegar que han dejado a un lado sus asignaciones, planificaciones o deberes por estar pegados a los celulares por mucho tiempo. Igualmente, comentan que cuando no quieren asumir sus responsabilidades lo que tienen a la mano y como primera opción de escape son sus teléfonos con conexión a Internet. Situación que invita a reflexionar al respeto y a crear consciencia de las consecuencias que ello puede traer.

Referencia:

➤¿Estancado por procrastinar? Disponible en: https://listindiario.com/la-vida/2017/03/21/458612/estancado-por-procrastinar