Jueves en la tarde, hora de salir de la oficina, nuevamente observo desde mi ventanal como todos mis empleados salen, aunque realmente solo espero verla a ella... Y allí está, saliendo en ese viejo cacharro, procedo igualmente a retirarme a mi hogar, esperando poder descansar tranquilamente esta noche.

Justo cuando voy saliendo del estacionamiento noto algo que no había visto en varias semanas... La lluvia... Pensé en Charlotte, había salido en esa mortal maquina, con semejante lluvia, lo mejor será ir por su ruta, mejor es prevenir, no deseo que nada le pase.

Justo como lo pensé, ni del sector había salido a un par de esquinas la conseguí con su motocicleta apagada, no quería encender por causa del agua, la lluvia parecía que jamás acabaría y Charlotte no tenía ni un abrigo para esta fría noche.

Mi mente comienza a divagar nuevamente al mirarla toda mojada, empapada en la helada agua de la que parecía ya ser una tormenta, le invité a pasar a mi coche a la vez que le llamo a alguien para que recogiera su moto.

Rápidamente entra dentro del vehículo y salimos de ahí, subí a la calefacción y le presté mi chaleco para que se abrigase un poco…

Wow… Que hermosa se ve así... Mojada con la lluvia y tan frágil abrigándose, era una imagen que jamás querría perder, ella me mira de una forma tímida mientras que escucho el crujir de su estómago.

— ¿Tienes hambre? — le pregunté.

— ¡Mucha! Mi jefe es un explotador, me pone a trabajar todo el día, y ni una cena me invita. — respondió ella en tono de broma.

— ¿Que desea cenar hoy la Srta. Smith? — pregunté nuevamente en forma de invitación.

— Mmm… Sorprendeme. — contestó en un tono ya más retador.

— Así será. — le contesto aceptando se reto a la vez que le cubro los ojos con mi corbata. — No hagas trampa, será una sorpresa. — vaya que se sorprenderá.

Manejo unos minutos hasta cierto lugar mientras ella aún se encuentra a ciegas, no tardamos 5 minutos en llegar, intenta quitarse mi corbata para poder ver y se los vuelvo a bajar.

— Aún no hemos llegado, esta es solo la primera parada, aunque mandé a pedir algo para ti que seguro ya esté esperándonos allí arriba. — le comenté mientras le ayudaba a salir del coche. — Ven, sube las escaleras, dejame ayudarte. — Subíamos a la "fase preliminar" de la sorpresa. —toma asiento, ya te traen algo de comer. — le ayudo a ubicarse en su asiento mientras pido que traigan lo que ordené.

— Aún no te quites la corbata, podrás hacerlo después de probar la comida. — le comenté ya en un tono más retador, sabiendo ya la gran sorpresa que le esperaba.

— Te advierto, no soy fácil de sorprender. — afirma Charlotte retándome nuevamente.

— ¿Y si te logro sorprender? — le pregunté.

— Lo dudo — afirma ella con toda seguridad. — Es más, ¿te gustaría hacer una pequeña apuesta? — me preguntó.

— No suelo apostar, pero en vista que te traje hasta aquí, aun cubierta de ojos, creo que no estoy en condiciones de negarme. — le respondí sin titubear.

— ¿A ver jefecito, que desea perder? — me pregunta ella en tono burlón.

— ¿Que tal esto? Si no te logro sorprender… Te duplico el sueldo. — le propongo con toda seguridad.

— Fantástico, tendré zapatos nuevos esta semana que viene. — me contesta a la vez que se ríe de mí. — ¿Y si tú ganas? — me preguntó.

— Cuando yo gane, me darás un beso. — ya en tono más… Seductor.

— Oye galán, pues bien, ¿que es lo mejor que tienes? — comienza el duelo.

Traen una pequeña caja, saco todo de su interior exceptuando por un pequeño objeto de dentro.

— Vamos, abre tu boca un poco, te daré a probar comida. — sentí unas inmensas ganas de besar su boca, pero me controlé y solo subí el alimento hasta ella.

— Es una hamburguesa, creí que querías sorprenderme. — me contesta sintiéndose ganadora.

— Esa no es la sorpresa. — le contesto a la vez que le quito la corbata de los ojos. — Esta es tu sorpresa. — dejo caer la corbata mientras ella observa el interior de mi jet privado.

— Ehm… Wow… Que hacemos aquí, ¿no íbamos a cenar? — me preguntó.

— Y lo haremos, solo que no aquí, esta es solo una fase de tu sorpresa, ahora come tu cajita sorpresa para que sustentes un poco antes de llegar. — le digo mientras el jet se eleva con nosotros en él, y yo aún viendo su cara de sorpresa. — Y… ¿gané mi beso? — pregunté.

— ¿Pues perdí mi apuesta y debo pagar o no? — me pregunta sin ningún tono de incomodidad dentro de si.

— Bien, entonces cierra tus ojos un segundo. — me acerco hacia ella, la tomo del mentón, y justo antes de hacer contacto… Giro su rostro para besar su mejilla, luego me acerco hasta su oído y le digo algo. — Apuesto a que eso también te sorprendió — le susurro ya más seguro de mi mismo.

— Faltó la bebida. — me dice, cambiándome de tema.

— Ya la traen. — le susurro nuevamente.

Espero a que termine de comer mientras platicamos y le vuelvo a cubrir los ojos aún sin decirle a donde nos dirigíamos.

Luego de poco tiempo llegamos a nuestro destino, París, bajamos del avión y subimos a una limusina que nos estaba esperando.

Nos bajamos del vehículo y le quito la corbata, mostrándole la gran Torre Eiffel, mientras le hago señas de que allí es a donde nos dirigimos.

Subimos hasta lo más alto de esta donde nos esperaba una mesa para 2 y una muy apetecible cena y una botella de champaña.

Terminamos de comer, disfrutamos un rato de la vista y damos un paseo en la limusina, volvemos al avión y seguimos disfrutando de la aventura nocturna más divertida de mi vida.

Continuará…