Desde el principio del mundo, desde el pecado cometido por Adán y Eva en el huerto del Edén existió el sufrimiento, pues Dios dijo a la mujer que con sufrimiento daría a luz sus hijos y el hombre trabajaría la tierra con muchísimo esfuerzo. Muchas veces el sufrimiento viene por causa de nuestra propia desobediencia, por pecados cometidos cuyas consecuencias son inevitables. Por otro lado, el sufrimiento causado por circunstancias que se nos escapan de las manos, como la muerte de un familiar, la pérdida de algo muy valioso, son parte de la vida y desarrollo del ser humano. Pero en medio de todo sufrimiento en Señor Jesucristo está con nosotros dándonos la victoria pues dijo:

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33 Reina-Valera 1960 (RVR1960)