Saludos mi querido Profesor @tomastonyperez. Encantada con tu publicación, definitivamente el olfato como sistema sensitivo especializado es fascinante. Todos los mecanismos neurosensoriales, los cilios, la mucosa que reviste la nariz; la conexión del nervio olfatorio con el facial y el trigémino, además de la coordinación con el sentido del gusto, explican la razón de mi preferencia.
Demás está decir que incluso ha servido de mecanismo de supervivencia, al protegernos ante alimentos descompuestos y así evitar su consumo.
Por ello, es tan importante tomar en cuenta las alteraciones de este sentido tales como la cacosmia, una forma de parosmia en la que percibimos malos olores en el ambiente, que no existen; estas son manifestaciones de enfermedades como procesos infecciosos, inflamatorios, epilepsia, Parkinson e hipotiroidismo, entre otras. Nos seguimos leyendo, un abrazo!