<div class="text-center"> ####**CONTEXTUALIZACIÓN EPISTEMOLÓGICA: MODERNIDAD Y POSMODERNIDAD**</div>

in #spanish5 years ago

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El transcurso de la modernidad a la posmodernidad trae consigo el cambio en la concepción del saber científico, a partir de las críticas que han girado en torno al pensamiento moderno. Una de las posturas contrarias más relevantes lo constituye la decadencia de una racionalización universal signada por el desencanto ante la promesa de un mundo mejor dado por el progreso del hombre y de la sociedad.

En consecuencia, surge la posmodernidad para promover espacios mas abiertos y flexibles en cuanto a una nueva revolución del conocimiento científico que se plantea a fin de lograr una sociedad llena de desafíos para la especie humana.

Como una forma de dar inicio al abordaje de los términos seleccionados, se plantea la modernidad como una época que surge a partir del siglo XVII debido a los cambios estructurales que se estaban suscitando en la edad media, ocasionando una nueva epistemología que constituía una forma diferente de concebir al mundo, de vivir, de pensar y de ajustar los parámetros de verdad.

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Modernidad

La edad media estuvo sustentada sobre la base de la censura dirigida contra toda curiosidad intelectual; se tenía prohibido tratar de conocer la realidad cósmica e indagar en la realidad religiosa y los secretos políticos estaban bien protegidos por una clase elitesca. Los pensadores y políticos subversivos de esta época eran condenados por la iglesia, quienes alegaban, según Damiani, (1997) “el supuesto aristototélico-ptolemáico que contraponía los cielos incorruptibles al mundo terrenal corruptible”, todo esto con la finalidad de ir en contra de la independencia de la razón y del florecimiento del conocimiento.

La edad media estuvo sustentada sobre la base de la censura dirigida contra toda curiosidad intelectual; se tenía prohibido tratar de conocer la realidad cósmica e indagar en la realidad religiosa y los secretos políticos estaban bien protegidos por una clase elitesca. Los pensadores y políticos subversivos de esta época eran condenados por la iglesia, quienes alegaban, según Damiani, (1997) “el supuesto aristototélico-ptolemáico que contraponía los cielos incorruptibles al mundo terrenal corruptible”, todo esto con la finalidad de ir en contra de la independencia de la razón y del florecimiento del conocimiento.

A la luz de la modernidad se produce el desmoronamiento de la escolástica la cual se preocupaba principalmente de “la relación entre la fe y el conocimiento, la razón y la religión” Gutiérrez, citado por Hurtado y Toro (1997) y desde entonces la mayoría de los conocimientos que antes eran explicados mediante interpretaciones religiosas, pasaron a ser explicados por el conocimiento científico racional de una manera objetiva con un carácter de verificación.

Según Hurtado y Toro (ob. cit.) la modernidad se organiza de una manera jerárquica piramidal, en la cual cada persona se integra para cumplir con sus funciones en una cadena de mando vertical; estas funciones se basan en los postulados de Newton y Descartes, quienes describen al mundo como regido por las mismas leyes universales (masa-espacio-tiempo). Debido a esto, el método científico emerge como el “ave fénix” cobrando una importancia trascendental en la revolución científica donde se combina la matemática con la experimentación y crea un clima de democratización del conocimiento, pues el método es fácil de aprender y de aplicar a las investigaciones cuantitativas dominantes de esta época; de allí que una característica notable de la modernidad sea la mitificación de la ciencia como único conocimiento verdadero.

Cabe destacar que el paradigma dominante en esta época es el positivismo, el cual surge a fines del siglo XIX y comienzos del XX que se fundamentan en los principios de Newton y Descartes que datan desde el siglo XVII. Esta corriente idealista niega a la filosofía su calidad de concepción del mundo, por no ser susceptible de comprobación experimental. Además, tiene un aspecto dualista al pretender recurrir al progreso de la ciencia y al mismo tiempo admite la fe religiosa. Por otra parte, presenta neutralidad valorativa que separa al sujeto y al objeto del conocimiento como criterio de objetividad, la cual podrá alcanzarse mediante la verificación en la experiencia y en la observación.

Es de resaltar que el método científico surge de las investigaciones en las ciencias fácticas, y por la creencia de que a las ciencias sociales y las naturales son regidas por las mismas leyes es que se aplica el método científico basado en la observación, la descripción y la explicación y en el método hipotético-deductivo a las ciencias sociales.

El conocimiento en la modernidad “lleva a la cuantificación y además reduce lo cognoscible a aquello que se encuentra dentro de las coordenadas masa, espacio y tiempo, y, de acuerdo a este paradigma, se llega a la consideración del conocimiento científico como el más acabado y valedero producto del intelecto humano”.(Hurtado y Toro, ob.cit.) Por lo antes expuesto, la educación para esta época debía adaptase a los nuevos cambios e incorporar la matemática como asignatura indispensable en todo currículo escolar, donde se destaca la razón y la enseñanza se limita a la transmisión de información.

Del mismo modo que la modernidad, que paulatinamente en un inicio introdujera un nuevo orden social, económico, político, artístico y cultural, que prometía el progreso del hombre, de la ciencia y de la tecnología, lo que era su proyecto; y ciertamente, la racionalidad como forma de entender y conocer daba esperanzas a la humanidad de un avance en varios aspectos que le competen, pero que no fueron sus convicciones exactamente como se esperaba, deviene así, trascendiendo hasta nuestros días y por variadas razones, la posmodernidad, que de acuerdo a Perdomo (1991) “…será, o la crítica implícita a promesas desde ese término y esa época o la adaptación a esas promesas incumplidas o situarse más allá de esas promesas con otro término: Todo es valido” (p. 23).

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Posmodernidad

La posmodernidad es vista así como una idea epocal, un movimiento artístico, social, cultural, económico, político, o un cambio en la manera de ver al mundo, una nueva forma de razonar, de la ciencia y la tecnología, e igualmente, se ha presentado como una crítica a la modernidad. Según el mencionado autor, el modernismo es una noción de conciencia de épocas y períodos en imágenes, notas, arte, poesía, producción literaria, etc.; y el posmodernismo va más allá de eso.

Aquí vale la pena preguntarse: ¿Qué significa posmodernidad? Como uno de los términos en referencia trata de demarcar una era o un tiempo en que manifestaciones culturales, sociales, la ciencia y la filosofía han denotado diferencia ante las premisas y promesas del proyecto de la modernidad. Por otra parte, da la impresión de una idea recursiva que una época demarca sobre otra que le antecede en el tiempo debido al común presentado en ambos momentos, la aparición imperante de una nueva visión del mundo, pero que cada una viene caracterizada por sus acontecimientos culturales, el desarrollo de la historia, de la humanidad y por supuesto de la nueva visión de la realidad. Desde la antigüedad, los dogmas antiguos se desplazan por la imposición de la razón ilustrada y más adelante, la revolución del pensamiento se da paso, trayendo consigo la idea de la realidad borrosa y diversa.

Hablar de posmodernidad es expresar lo que ha aperturado un debate entre el tiempo actual y la modernidad, pues bien, no sólo se trata de definir meramente la posmodernidad, sino que también se hace referencia al vislumbramiento de los efectos acaecidos desde la modernidad para determinarla como tal, ya que como se aborde a la posmodernidad será según como se posicione respecto a la modernidad. A lo que Vattimo, citado en Castañeda (2005) hace mención de dos condiciones que fueron necesarias para esto, el fin de la hegemonía europea sobre otras naciones del mundo y el desarrollo de los medios denotándose una multiculturalidad. Se precisa entonces, mencionar la distinción que Pérez Gómez, citado en Sandín (2003) refiere en cuanto a posmodernidad, pensamiento posmoderno y posmodernismo a manera de establecer lo que se ha tratado de significar con el término en cuestión.

La primera, también llamada condición posmoderna, se refiere a una serie de rasgos económicos, políticos y sociales que van configurando las actuales sociedades posindustriales. La globalización de la economía y el impacto de las nuevas tecnologías de la información en todas las áreas del desarrollo humano serían dos de sus rasgos principales. El pensamiento posmoderno o filosofía posmoderna es el conjunto de planteamientos filosóficos y epistemológicos de la modernidad. El posmodernismo, por último, es un aspecto más concreto englobado en la posmodernidad, un efecto de ella (Hargreaves, 1996). Hace referencia a la cultura popular que se está desarrollando en nuestra sociedad, caracterizada por una combinación de tolerancia, indiferencia, pluralidad, individualismo, ambigüedad y relativismo (p. 69).

La actitud crítica ante la imperante racionalidad universal, el progreso y la totalidad ha sido el punto de partida del posmodernismo, en primer lugar, por las manifestaciones de rechazo frente a “las categorías fundacionales del pensamiento moderno” (Sandín, ob. cit, p. 70) y los resultados anversos a lo que la modernidad había propugnado como proyecto esperanzador de la humanidad.

Por otro lado, Lanz (2000) designa a la posmodernidad como la manifestación de un pensamiento abierto, de enfoque pluriparadigmático, la ruptura de paradigmas o modelos dogmáticos, herméticos y auto-suficientes. Así, la posmodernidad es caracterizada por el discenso que desafía a los modos de pensar, la multiculturalidad, la posibilidad de la amplitud y exploración de otros planos del pensamiento, del horizonte y el diálogo entre las civilizaciones. La deconstrucción como una estrategia propia que devela procesos estéticos, cognitivos, afectivos o sensoriales que convencionalmente no se esclarecían, es como una afinada visión intelectual que se ejercita ante los discursos.

Sin embargo, hay quienes han planteado críticas a la posmodernidad (el término mismo es contradictorio), tales como Touraine y Vattimo (citados en Castañeda, ob. cit.); cada uno ha mencionado respectivamente que se recurre a una definición de historia con el prefijo pos, la superación y lo nuevo, cuando es un movimiento que rompe con el historicismo. El hecho de que el pensamiento posmoderno no sea definido de manera precisa, es objeto de discusiones por su variedad de ideas, percepciones y pensamientos en los diferentes campos de la cultura occidental.

En la era posmoderna el mundo de la ciencia, la investigación y la educación, el metarelato (grandes narraciones) no es el elemento fundamental de la legitimación del saber (entendiéndose éste como el proceso por el cual un legislador del discurso científico legitima enunciados y sea aceptado por la comunidad de científicos) es decir, la diversidad de enunciados de metalenguajes comienza a predominar en el campo de la ciencia y no uno universal o establecido como verdad; existe una heterogeneidad de reglas de la ciencia, el discenso y la diferencia producto de una pluralidad de culturas. El determinismo es local como así el consenso. Se genera una sociedad informatizada, una cibercultura y una realidad virtual, dando a la experiencia un sentido de diversificación. La tecnología ha absorbido los procesos de investigación, transformando las reglas de juego de la ciencia. Pero, el saber se mercantiliza y quien más tiene más sabe. Se denota por ello, el conocimiento como una mercancía, los productores y los consumidores de ese conocimiento. (Lyotard, 1984).

La posmodernidad denota un carácter distintivo entre lo particular y lo general, la ruptura de lo establecido como universal, modelos, ideologías predominando la especificidad, la diferencia y la incertidumbre. Entonces, Usher, mencionado en Sandín (2003) expone que “El postmodernismo refleja la actual decadencia de los ‘absolutos’ y un cuestionamiento de la creencia de que seguir el método correcto garantiza resultados verdaderos…” enfatiza “la necesidad de que la ciencia sea autoreflexiva en relación a sus propias limitaciones” (p. 71). Así, en la ciencia la posmodernidad es producto de la revolución de la física newtoniana por la teoría de la relatividad y la física cuántica, el principio de incertidumbre y el teorema de Bell. Sin embargo, Vattimo, citado en Castañeda (ob. cit.) planteó que en el pensamiento postmoderno, la interpretación de un hecho es relativo, por ende, el pensamiento es caraterizado por el relativismo y la multiculturalidad, de la fragmentación de relatos y el fin de la historia, dejando atrás la estandarización de las ideas.

Por lo visto, no es fácil detallar y examinar lo que por posmodernidad se ha edificado. Las acepciones alrededor del término son variadas y distintas. Puede afirmarse, que es una época que desde donde se visione para entenderla, bien sea como crítica a lo moderno, o lo que indica lo más actual, o también una época cuyos acontecimientos favorecen a la revolución del pensamiento, que exige el establecimiento de una renovada forma de vida, de hacer ciencia, de educar e investigar para una civilización multicultural, de avanzada, dinamizante, desde lo local y lo global, y por sobre todo aquello que no se ha cumplido: la humanización del hombre, del sujeto ignorado, de la reinstauración de la fe en él y en sus discursos.

Así el ocaso del Siglo XX se describe como el periodo donde se logra un amplio desarrollo en la sociedad mundial, lo cual conlleva al surgimiento de nuevas realidades y nuevas formas del pensamiento. Allí, comienza el rechazo a las ideologías opresoras planteadas en la modernidad, las cuales entran en crisis al presentarse un vacío de sentido y logro en cuanto a los valores universales se refiere: libertad, igualdad y fraternidad.

En ocasiones, autores como Acanda (2001) proclaman el fin de la modernidad “debido al fracaso de su proyecto de liberación de la humanidad mediante el alcance de la autonomía racional”. En este sentido, se puede decir entonces que la sociedad cae en una desesperanza, al darse cuenta que todo lo prometido eran utopías colectivas; de allí que Colom y Melich, citados por Hurtado y Toro (1997) consideran que todo occidente está sufriendo una crisis del fundamento axiológico.

Ahora bien, lo antes expuesto permite introducir al Pensamiento Complejo como incentivo para la comprensión de la posmodernidad como la etapa histórica que persigue un nuevo tipo de pensamiento, “para la compresión de los nuevos temas humanos de la globalidad.” (D’Angelo s/f). Por lo tanto, puede decirse que el pensamiento complejo viene a ocuparse de sistemas dinámicos que se encuentran en el punto intermedio entre el orden y el estado total de desorden o caos, sistemas que tienden al cambio con el transcurrir del tiempo. Pensamiento que será tratado y ampliado en una nueva publicación y espero contar con su valiosa lectura y participación.

REFERENCIAS

Acanda, L. (2001). La problemática del sujeto y los desarrollos para la teoría de la educación. Disponible: http://www.filosofia.cu/comtemp/acanda009.htm. [Consulta 29/03/2006].

Castañeda, L. (2005). Modernidad y posmodernidad. Unimag. Disponible: www.unimag.edu.co. [Consulta 02/11/2005].

Damiani, L. (1997). La epistemología y ciencia enla modernidad. El traslado de la racionalidad de las ciencias físico – naturales a las ciencias sociales. Caracas: UCV – FACES.

D’Angelo, O. (s/f). Subjetividad social y desarrollo. Los retos de la complejidad. Disponible: http://168.96.200.17/ar/libros/cuba/ovidio2.rtf [Consulta 29/03/2006].

Hurtado, I. y Toro, J. (1997). Paradigmas y métodos de la investigación en tiempos de cambios. Valencia: Episteme Consultores Asociados.

Lanz, R. (2000). El discurso posmoderno: crítica de la razón escéptica. UCV. Consejo de desarrollo científico y humanístico. Caracas, Autor.

Lyotard, J. (1984). La condición posmoderna. Editorial Cátedra, Teorema. 7ma ed. Madrid.

Perdomo, J. (1991). Teoría crítica y posmodernismo. ULA, Consejo de Publicaciones. Mérida: Autor.

Sandín, M. P. (2003). Investigación cualitativa en educación. Mc Graw Hill. Madrid.

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