¡El Pacto! IV Parte
HAGAN CLICK EN EL SIGUIENTE ENLACE
Cabe señalar que para el pequeño rehén, Némesis se había convertido en su peor pesadilla…
Es conveniente distinguir que aquel hombre todavía conservaba una pequeña ilusión de poder ganar y derrotarla, pero su cuerpo estaba bastante lejos de cómo se sentía realmente, es decir; en cuanto al estado emocional y espiritual, se hallaba muy agotado y destruido.
Desde luego, él sintió fuertes punzones de dolor, músculos desgarrarse y sus huesos rotos torcerse.
Némesis solo se había encargado de destruirlo…
Le cortó los dedos de una mano y también los de un pie, las costillas estaban completamente fracturadas, una pierna la tenía doblada, un hombro se le salió y su rostro era casi irreconocible, lleno de moretones y sin dientes. Lo torturaba dejándolo sin comida en el estómago, ni líquidos… Creo que ya saboreaba la muerte.
Sin embargo, su condición física era bastante buena y podría decirse que estaba altamente capacitado, logrando sobrevivir a todo esto, pero a su vez, prolongaba la tortura.
En su estado mental inconsciente, aún sentía cómo hacían amarres y ataduras en su propio cuerpo.
¿Qué es lo que estaba sucediendo?
—¿Cuándo será el puto día que vas a despertar? ¡INSECTO!— Preguntó Némesis viendo hacia al suelo…
Pasaron un par de horas…
Y un pequeño cuerpo abusado, abrió los ojos a duras penas…
—¡YA ERA HORA! Luego de hacerte un leve cariño en el rostro y dejarte casi en coma, decidí que quería ir a trotar. Así que probaré mi nueva habilidad…—
Él no entendía lo que escuchaba, solo tenía mucho dolor en todo su cuerpo. Especialmente en sus brazos y piernas.
Durante aquella angustia, se volteó a ver dónde estaba. No veía muy bien, pero sí notaba su brazo derecho, sin mano y sin dedos, atado a unas agujetas. Su pierna quebrada estaba doblada y enredada en el mismo cordón que su brazo. Y su abdomen lo fijó en una agujeta del zapato deportivo.
En resumen, su rehén se encontraba inmóvil.
—No entres en desesperación, pequeño… Deberías sentirte alegre porque haremos ejercicio—
—Probablemente, haga 1 hora y media, ¿Te parece? Daré varias vueltas y veré que tan rápida soy...—
—¡Vamos, será divertido! No pongas esa cara de sufrimiento, ya que nada me cuesta ponerte encima la otra suela y romperte todos los huesos—
Él trataba de llorar, pero estaba tan seco que le parecía imposible.
—¿Acaso intentabas decirme algo? Awww pero eso no funcionará, pequeñín. Y te advierto que pares, porque podría colocarte dentro de mi zapato y correr hasta que te vuelvas una mierda, más de lo que ya estás... Sé que al final del ejercicio solo vas a ser una gelatina irreconocible, si a eso vamos…—
Respondía Némesis en un tono de voz bastante enfurecido, haciendo que el hombre se levantara.
Ahora…
—EN SUS MARCAS… LISTOS… ¡FUERAAAAAA!—
En su adrenalina, casi no podía sentir su pierna torcida en forma de ele.
Cuando Némesis dijo “Listos… ¡Fuera!” flexionó su pierna izquierda y su pie hacia atrás hasta donde estaba el sujeto, causando que su cuerpo se torciera y se acoplara a la forma del pie de ella, en posición para correr.
A medida que se amoldaba, veía cómo el tobillo se acercaba cada vez más, pensando que lo aplastaría, pero se detuvo a medio camino. Le dio el tiempo suficiente como para mover su cuello y ver desde aquel tramo, todo el cuerpo colosal de la diosa Némesis, listo para correr.
El tiempo se retrasó por un momento, y notó que Némesis lo observaba con satisfacción.
En eso, hubo un sonido casi ensordecedor para él…
Como si fuera poco, el hombre perdió la noción… Sus ojos se cerraron repentinamente y toda su sangre se fue directa a los pies.
Conste, pues… Némesis había despegado su pie izquierdo para dar inicio al trote.
Lo que para ella fue un instante, para aquel hombre fue como si ese momento hubiese sido eterno.
Él recobró la razón cuando ella puso el pie con bastante fuerza en el suelo, haciendo que su pequeño cuerpo colapsara mucho más. Sintió que todos los huesos le dolían y, al mismo tiempo, se comprimían por la fuerza de la misma.
Y así fue...
Una y otra vez…
Cientos de veces…
1 HORA DESPUÉS:
Némesis suspendió el maratón para ver el estado en el que se encontraba su rehén.
—Oye imbécil… ¿Cómo estás?—
Némesis puso el talón y arqueó el zapato para ver al hombre casi crucificado.
El hombre estaba devastado… Nadie sabía cuánto tiempo podía soportar su cuerpo.
Tenía las extremidades casi al rojo vivo, su pecho tenía un cordón entrelazado, su camisa estaba rota y estaba convulsionando ya…
—¡Oh, mírate! Te ves algo desgastado, pequeño… —
Némesis lo miraba satisfactoriamente, jadeando por el ejercicio.
El hombre solo balbuceaba…
—No entiendo lo que estás diciendo... ¿Eres retrasado o qué?—
—¡Pídeme perdón, insecto! ¡Arrodíllate ante mí!— Exclamó la diosa.
—P… Per… Perdón…— Respondió el hombre.
—A partir de ahora, tienes que llamarme “Diosa Némesis”—
—Di… D… Dio-sa... N… Né... Némesis— Le respondió, sin dientes y con la mandíbula rota.
Némesis sonrió y alejó su cuerpo mientras el hombre veía de nuevo la figura colosal de su captora.
—Entonces, ¿Crees que podrías ser una mascota?—
El hombre derrotado, no pudo decir nada, solo le corrió una gota de lagrima… Quizá pertenecía a la última que su cuerpo deshidratado podría dar…
—Deberías estar muy emocionado… ¡SERÁS MI MASCOTA, JAJAJAJA! Eso me pone de muy buen humor…—
—Uhmmm, pensándolo bien… Todavía no he escogido un nombre para ti…—
—Creo que te pondré… Uhmmm, a ver…—
—¿Qué tal quedaría “Insecto” como te lo he dicho en varias ocasiones anteriormente?—
—Pues… ¡SÍ! Te llamaré así, no tengo mucha creatividad para ponerte otro diferente en este preciso momento—
Decía Némesis mientras caminaba hacia al patio.
—Creo que te dejaré afuera…—
El hombre no entendía nada al ver los largos dedos de Némesis a su alrededor, sacándolo de las cuerdas que ahorcaban su cuerpo.
Encontrándose en su mano, se vio puesto en el asfalto. Lo que parecía serlo, no era más que el borde de la enorme piscina de la mansión de Némesis.
—¡Te dejaré aquí, insecto!—
—Pero como no quiero que te escapes...—
Némesis acercó su pie fuera del zapato y colocó una media negra encima del cuerpo mientras el hombre todo desorientado le preguntaba:
—¿Pero qué caraj… Qu… Qué me harás?—
Némesis no lo quiso escuchar.
Él experimentó cómo la sangre de su cuerpo se manifestaba y se mezclaba con el sudor, el cual fue producido por el trote.
—¡Esto es para que no huyas de mí!—
—CRACK!!—
Némesis presionó su pie contra el suelo y se pudo escuchar un fuerte sonido que provenía acerca del torso de aquel hombre.
Lo único que no sonó, fue el brazo izquierdo. De resto, fue reducido a lo más inútil posible…
Faltaba menos para que el mensaje llegara a su grupo.
Él solo aguardaba y rezaba para que llegaran y la asesinaran.
Entendía que si presionaba un poco más, iba a traspasar el concreto y abrir un cráter pequeño. Así que despegó un poco el pie del suelo y solo restregó la fábrica de la media contra el cuerpo.
El roce ocasionó que parte de la piel del sujeto se quemara, haciendo que gritara a todo pulmón, pero su grito era entrecortado ya que estaba a punto de colapsar, aplastado por las costillas ya vencidas.
Su condición física era espantosa...
El hombre por fin logró ver la luz del sol, luego de que Némesis retirara su pierna lo más pronto posible.
—¡Qué curioso! Mientras más tiempo pasas conmigo, más te ves como un pedazo de mierda…—
—Es obvio que no puedes ir a mi ritmo. Creo que no sirves como mascota…—
—Ahora, quiero que me agradezcas… Agradéceme por tenerte en mi casa… Agradéceme por tenerte con vida… Incluso, agradéceme por torturarte... ¡BASURA!—
Exclamó Némesis, soltando unas fueres carcajadas.
—V… Vete al… Al… Al infierno, puta!— Le contestó el hombre, botando sangre y saliva a través de su boca.
—¡Es una lástima…—
—Si me hubieses agradecido, acabaría con toda tu miseria… Pero ahora que lo recuerdo, iré a almorzar...—
—Esas son cosas que no podrás hacer tú ¡JAJAJA! Disfruta de tu estadía quemándote en el sol—
Entre tantas novedades, ninguno se percató de que el móvil escondido en la masa, que yacía en la bota de Némesis, había enviado el mensaje exitosamente revelando la ubicación para rastrearla y capturarla.
¡Oh no, Némesis se metió en problemas!
Eran apenas las 12 del medio día y el sol estaba inclemente, pero eso no le importaba…
La diosa entró de nuevo a su mansión. En una de las entradas, habían toallas blancas y limpias para cada vez que entrenara. Secó el sudor de los brazos y la frente, y luego se la colocó en el cuello.
Caminaba con el pecho y la espalda erguida mirando hacia adelante, siendo imponente… Aun así solo fuera a tomar el teléfono para pedir pizzas.
Por otra parte, el pequeño hombre tenía los ojos cerrados. Su piel estaba roja, no solo por la sangre, sino porque el sol quemaba su cuerpo casi desnudo.
Quería morir, pero el destino no se lo permitía...
Némesis era muy cruel con sus enemigos...
Como es el deber ser de una diosa…
—¿Cuántos somos?—
—¡Somos 100, aproximadamente!—
—¿Solo 100? ¿Nada más? ¿En serio? Ella tiene la habilidad de crecer hasta quién sabe cuánto… Puede doblar vigas de metal… ¿Y solo somos 100? Ustedes me están jodiendo…—
—Los de nuestro clan, señor. Los demás también están llamando a los otros sectarios—
—¿Tenemos armas?—
—Las más grandes, señor—
—Necesitamos las balas negras. Con ellas, podremos penetrar la armadura, es la que vendría siendo su piel—
—¡Sí, maestro—
El mensaje había llegado a varios grupos de la misma secta en distintas localidades.
Y en consecuencia, se estaban preparando para atacar.
Para ellos, Némesis era una amenaza de gran escala y estaban dispuestos a sacrificar dinero, hombres y muchas municiones para eliminarla…
—Ho… Hola, vengo a dejar unas pizzas—
El joven repartidor había quedado pasmado por el tamaño de la mansión.
—¿Si? ¿Quién es? ¿Es el chico de las pizzas?—
—Ehm… Sí, soy yo… Aquí le traigo su pedido…—
—¡SÍ! ¡PIZZAAAA! ¡AL FIN LLEGÓ!—
Némesis abrió la enorme puerta de madera con un solo dedo, y caminó por el pasillo hecho de piedras de la entrada principal para buscarla. En ese trayecto, decidió pasar un momento por la piscina de la izquierda a ver qué había sido de su rehén desde hacía una hora…
—¿Todavía sigues vivo?— Le preguntó mientras veía al inmóvil hombre jadeando.
—Creo que te ves con algo de vida, por los momentos…. Toma esto—
Se quitó la toalla del cuello y, con la otra mano, la torció haciendo que con su fuerza cayeran un montón de gotas… Varias de ellas cayeron en su cuerpo, causando que saliera más sangre de su boca y los ojos se voltearan quedando en blanco, esto era debido al daño que le producía la sal del sudor en las heridas.
—¡JAJA ERES UN INÚTIL! Espera… Cierto, mi pizzaa—
Exclamó Némesis, al recordar brevemente que debía ir a la puerta.
Al ver a Némesis acercándose a la puerta, observó a un chico joven de estatura un poco mayor que la promedio. Así que se le ocurrió algo para divertirse…
El pobre repartidor se quedó viendo los alrededores de la enorme muralla, pero no se percató de que Némesis estaba cerca...
Al escuchar la puerta abrirse, el chico se agachó para tomar las pizzas y decir:
—Hola, pizza deli…—
El chico quedó sin aliento al ver que le estaba hablando a un top negro.
No tardó mucho en darse cuenta de que Némesis le llevaba, al menos, una cabeza entera.
—¡Muchas gracias!—
Le respondió mientras le quitaba las 4 cajas de pizza de la mano, y las cargaba sin ningún problema.
—Ehmm… Ahm.... Ahm…—
El chico titubeaba ya que jamás vio hacia arriba por una chica que medía del doble de su estatura.
—Son 20 dólares…— Respondía con un tono de voz algo tímido.
—Ya veo... Pero tengo billetes de 100 dólares... De esos que solo tiene el banco… Así que debería bastar con esto…—
Le contestó la diosa removiendo la toalla del cuello y colocándosela en su mano.
—¿Estamos bien?— Le preguntó Némesis en un tono de voz un poco seductor.
—Sí... Sí lo estamos…—
—Qué bueno que todavía existen hombres que entienden su lugar en este mundo… ¡Ahora vete!— Decía Némesis mientras cerraba la puerta.
El hombre se quedó atónito y paralizado con la toalla en las manos.
De pronto, Némesis llegó a la entrada de su mansión, dejó las pizzas en el comedor principal y volvió a su tamaño normal.
Abrió una caja y disfruto del aroma a pizza recién hecha…
¡Oh, esta es la dulce vida de una diosa!
¿Podrá Némesis matarlos a todos y hacer que ellos deseen nunca haber nacido?
ESTA HISTORIA CONTINUARÁ…
JD.
¡Espero que haya sido de tu agrado este nuevo post y me brindes un poco de apoyo!
Estaré a la orden; acepto recomendaciones, sugerencias y consejos de todos ustedes.
De antemano, muchísimas gracias por tomarte la molestia de leerme.
Un gran abrazo.
Esta historia tiene de todo me encanta.
Hiciste un buen trabajo aquí, por eso recibes un voto del TRAIL REPOLLO con valor de $0.21 SBD.🤑
Nos estamos esforzando mucho para darte lo mejor en votos. Te recordamos que debes cuidar tu VP.