Mi amigo el lagarto regresó, la fantasía siguió...

Mi amigo el lagarto regresó una noche,
traía cara de angustiado, – me preocupé – y le pregunté en tono calmado, ¿Qué te ha pasado?
Me dijo: olvidé mi nombre, e inquirió ¿tú sabes cómo me llamo?

En todos estos años no me había detenido a darle nombre a ese amigo imaginario,
de los juegos de niños y los días de sol claro.

Entonces, empuñe la espada de mi reinado,
le dije tocándolo con el arma… siempre te has llamado “Henkel el lagarto”.

Me miró con sus grandes ojos,
emocionado por el nacimiento de un nombre que le daba sentido a nuestro encuentro mágico.

Soy Henkel el protector de los cielos,
el que vuela para visitar a los niños buenos.

Mi amigo el lagarto, se durmió, no sé por cuanto tiempo,
pero su sonrisa me habló de que continuará este cuento.

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Me despido hasta una nueva entrega, no sin antes agradecer su lectura, apoyo y comentarios. Es un verdadero placer escribir para ustedes y compartir algunas líneas de reflexiones, pensamientos y poemas.

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