@resiliencia, que bueno es compartir con amigos y familiares, es ese acompañamiento mutuo en cada momento disfrutado y parte del sentimentalismo humano que nos hace sentir vivos, tambien contemplar algo diferente, a veces tenemos sitios hermosos a nuestro alcance y desaprovechamos por estar arropados de la propia rutina. Te voy a comentar una anécdota, hace pocos días tuve una experiencia con una señora muy querida, le vi una quemadita en la mano y le hice un comentario como esta conversación:
Yo: hay se quemó!
Señora: Si, pero sabes porque sucede esto?
Yo: le respondí NOOO! Por qué?
Señora.: Cuando Dios quiere que reconozcamos el servicio como parte de nuestro crecimiento humano. En este mundo venimos para servir, no para ser servidos.
Yo: Waoooo, una vez más, otra reflexión y crecimiento para el alma. Allí le di por nombre a esa amiga Sra. Humildad.
Hay momentos que nos sentimos serviles al atender a nuestros propios hijos, padres, amigos o conocidos, y olvidamos que el mismo Dios nos muestra su servicio en todo momento.
Te abrazo con el corazón y te envuelvo en la oración @resiliencia.