En la Habitacion.

Roberto ya no la veía como antes, pasaba todo el día trabajando en su prestigiosa oficina, era un inversionista de bienes raíces, que estaba pasando por malos momentos económicos debido a la crisis financiera. Solo en algunas ocasiones llegaba a casa a las 6 y ella no estaba. Su esposa desde hace 5 años no estaba esperándolo como en tiempos anteriores. Juliet llegaba tarde, pasadas las 11 de la noche. Roberto pasaba la siguiente hora la pasaba interrogándola lleno de celos. Ella le respondía que estaba en una reunión con sus amigas. El no le creía esa historia, sentía como el desespero le invadía su cuerpo. ¿Para dónde va Juliet ?, ¿será que me está engañando? ¿Ya no me quiere? ¿Tiene una aventura? , muchas ideas pasaron por su cabeza y todas eran muy posibles. El sentía que la actual situación económica estaba destruyendo su matrimonio. Se conocieron en la mejor época de su trabajo, donde estaba forrado en dinero y a ella le gustan los lujos. ¡Debe estar saliendo con otro!

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Juliet se fue a duchar, el aprovecho el momento para revisar silenciosamente su cartera, tomo el móvil y lo tenía bloqueado. ¡Me está ocultando algo! ¿Qué es?. Se recostó en la cama esperando que ella saliera del baño. Se puso a observarla, si le engañaba, el intentaría que la culpa la invadiría pero no fue así, ella estaba muy serena y calmada vistiéndose. Se puso su mejor vestido rojo y unas medias de encaje que nunca le había visto y eso lo puso más ansioso… ¿Para dónde va vestida así?, ¿será que la persigo? –Voy a verme con unas amigas, deja la paranoia. No estoy de ánimos para tus dramas- le dijo ella.

Voy a ir detrás de ella pero sin que se diera cuenta, así observaría todo lo que su hermosa mujer haría Al fin estuvo lista y Juliet se veía tan hermosa, Por unos momentos el recordó los buenos momentos que vivieron sus primaros años de casados. Las noches de pasión desenfrenada. Los celos le invadieron mientras permanecía observándola cuando de pronto ella se le acerca, ya se iba y venía a despedirse, la tomo y la beso apasionadamente, era de el y quería que ella lo sintiera. . . pero ni el lo sintió igual que antes.

Apenas cruzó la puerta, Roberto se levanto y tomo la primera camisa que consiguió así como unos binoculares y un revólver que tenía en su casa por seguridad. Se fue caminando lentamente detrás de ella, hasta que se montó a su auto y se fue, el también entro en su coche y siguió tras el de ella.. Era la primera vez que se sentía así de ansioso, aunque ella seguramente diría que es algo habitual. Comenzó a sudar frio cuando observo cómo se dirigía a un hotel, se bajó del auto y subió, la ira lo fue consumiendo lentamente dentro de su coche. Respiro profundamente, seguía observando y se dio cuenta que saludó muy amistosamente al portero y a la recepcionista. Gracias al binocular logro ver que le pasaron la llave de la habitación número trece.¿Por qué la conocen? ¿Mi esposa es una prostituta que siempre visita este lugar? ¿se ve con otro hombre? - Se preguntaba incesantemente.

Ya Roberto no aguantaba la furia y decidió entrar al hotel, el portero trató de detenerme pero no pudo. Golpeo al portero y de un empujón tumbo a la recepcionista y se fue directo a la puerta de la habitación trece, quería ver con qué tipejo su mujer lo estaba engañando.

Todos los huéspedes salieron alarmados por los gritos, de una patada abrió la habitación y allí estaba Juliet completamente desnuda, mientras un viejo asqueroso, permanecía acostado masturbándose mientras ella le hacía un baile erótico… La peor escena que Roberto había visto en su vida. Su amada esposa era una vulgar prostituta. Los celos lo cegaron, se sentía un perdedor, un fracasado, su esposa ahora se prostituía para seguir dándose sus lujos. El era un inservible. Se fue contra el viejo y vacio todo el revólver sobre la humanidad de ese hombre. Los otros huéspedes salieron rápidamente de sus habitaciones, espantados.

Roberto volteo hacia su esposa, ella lo miraba fijamente, de manera altanera, sin miedo. ¡Maldita puta! le grito al mismo tiempo que se le fue encima y la empezó a golpear. Con una mano la tomo por el cuello y con la otra le descargaba los fuertes golpes. Se encontraba ciego, lleno de ira. La sangre comenzó a brotar del rostro de la bella Juliet, algunos dientes caían al suelo, y el solo golpeaba con más fuerza, hasta que el rostro de la hermosa mujer se había transformado en una masa de sangre sin forma y su cuerpo había dejado de moverse. Ella había muerto, su cuerpo se desvaneció y un fuerte dolor en el pecho lo ataco, solo le quedo gritar al ver lo que había hecho.

Ese grito fue lo que despertó a Roberto, todo había sido una pesadilla. Llevaba varias horas dormido y su mente se puso creativa. Se levanto de la cama, quería ver si amada Juliet había llegado. Al salir vio a su esposa en un charco de sangre…

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