Hay momentos importantes en la vida y es bonito pararse en determinado sitio y mirar atrás, recordar de donde vinimos para sentar nuevas bases y entrar en cuenta de donde estamos para así poder visualizarnos a donde queremos ir; Hace tiempo viví en Valencia la capital del Estado Carabobo, aquí en Venezuela, recién llegado se me hizo difícil adaptarme a una ciudad nueva y una ciudad tan grande y activa como Valencia; Ella, mi amiga se ofreció a ayudarme en mi nueva etapa y mostrarme más a fondo la ciudad para que no estuviese yo tan perdido en aquella metrópoli. Cabe destacar que yo nací y crecí en Cumaná la capital del Estado Sucre y primogénita del continente, es muy chiquita y tranquila comparada con Valencia y sus alrededores.

Conocí varios sitios, pero mi preferido fue el parque "Fernando Peñalver", con sus caminerias muy amplias, bastante extensión de espacios para la recreación permitiendo que ninguna persona chocara su aura con otra si no quería hacerlo, pero lo que me mató, lo que me enamoró completamente de este mágico lugar: faroles, si faroles al rededor de las caminerias y ustedes se preguntarán el por qué, pues mas que amor a primera vista fue más bien un amor a primer oído cuando escuché salir de ellos música clásica, los faroles tenían cornetas y así por donde caminabas escuchabas música y nada ni nadie podía romper esa paz.

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Fui muchas veces, incontables, cada vez que podía me iba al parque, a escribir, a cantar, tomar fotos, o simplemente a ver las horas pasar en un ambiente esplendido para mí, lástima que todas las fotos que tomé se borraron de mi ordenador, menos una:

Una conexión inmensa cuando esta pequeña quiso compartir con nosotros y de la nada corrió y se nos montó encima, nos recorrió todo el cuerpo, el de mi amiga y el mio, como saludando, como si estuviese alegre de vernos y pues compartimos de nuestras cotúfas (pochoclos, palomitas de maíz) con ella y me dejó tomarle esta foto, que tiene para mí un valor sentimental único y bonito.

Al final no pude seguir viviendo en Valencia, me regresé a cumaná, y sí, a veces extraño el parque, poder despejar la mente en un buen sitio propicio para ello, con todo esto que atravesamos a diarío actualmente me gustaría poder desconectarme otra vez, así como allá. Ojalá los faroles sigan tocando música, ojalá no se hayan apagado.

Saludos a todos amigos de steemit, hoy quise compartir con ustedes esta historia, es un placer hacerlo, feliz día para todos.