En un mundo de opiniones.
¿Quién no ha tenido la osadía de regalar su opinión que ha construido de alguien mas así sea de manera constructiva o destructiva? Los seres humanos creemos en la libertad de expresión desde no sé cuanto tiempo, pero cuando decidimos creer en ella creímos realmente y con todas las palabras. Y es que gracias a esa fuerte creencia ahora podemos brindar nuestra opinión hasta en donde no se nos ha pedido solo para intentar hacer que nuestra forma de pensar sobresalte.
Tenemos la vaga idea de que nuestra opinión es muy valiosa cuando realmente no lo es, o al menos no par todas las personas, y hay que aceptar con calman cuando es así porque hoy en día son tanta las opiniones que se le puede brindar a algo que nunca se hacen esperar las fuertes criticas. Muchas veces actuamos como verdugos severos cuando algo nos desagradas o no estamos de acuerdo. Cabe destacas que así se pueden ganar enemistades y hasta ganar problemas.
Este afán, ese fuego que nos quema y nos incita a opinar y compartir cualquier cosa que se nos cruce por la mente con respecto a alguien puede jugar un rol fundamental a la hora de contar con quienes contamos.
A las personas no les gusta que sus defectos salan a relucir en boca de otros, por muy cierto que estos sean. Ellos no lo toman como un cumplido o un alago, por el contrario, no es bien visto, muchas veces los ofenden o ellos lo ven como si le estuvieran recordando algo que ellos ya saben.
La lengua es el peor castigo del hombre y entendemos que queremos hacernos sentir, que nuestras voz se oiga y que se nos preste atención para sentirnos importantes pero debemos evaluar primero la calidad de nuestra opinión, categorizarla antes de que los labios silben sus palabras. Si necesitamos brindar opiniones ¿Por qué no brindamos las de bondad? ¿o esperanza? ¿o entusiasmo? ¿realmente debemos o queremos compartir nuestras opiniones de desprecio, malas intenciones o crítica? Díganme ¿Qué ganaríamos con eso?
Las palabras tienen el poder de cambiar vidas, y tú tienes el poder para ello pero, ¿qué tan bien utilizas ese poder? ¿Utilizas tu poder para hacer sentir mal a una persona o por el contrario, llenas de felicidad, gozo y alegría con tus palabras?
Expulsa amor, paz y felicidad por por tu boca que estarás llenando tu vida de dicha como gota de agua que cae en tu ser.
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Encima de lo que has comentado, agrego que todos buscamos defectos o inconsistencias fácilmente en otros, pero cuando se trata de tomar una opinión hacia nuestro trabajo o nosotros mismos es otra historia. Concuerdo contigo, a veces es mejor callar y no decir nada. Muchas veces podemos crear un ambiente hostil o incómodo por una simple opinión constructiva.
Mucha razón mi amigo.