Reverenda Pea

—¿Qué lugar es este? —me pregunté mientras mareado y con dolor de cabeza abría los ojos con dificultad.

Una luz enfrente de mi, iluminaba escasamente el sitio. No reconocía el lugar, estaba oscuro. A mi lado logré entrever algunas fotos las cuales reconocí, en ellas estaban mis hermanas y sobrino.

Aún taciturno, no llegaba a comprender cómo diablos había llegado allí y no solamente eso, si no también qué lugar era y porqué estaban esas fotos. En mi mente, creía estar secuestrado, que me habían raptado, que me habían dormido con una droga y toda aquella escena estaba preparada.

—¡Coño 'e la madre! —balbuceé mientras intentaba levantarme de la cama en donde estaba. Mi cabeza daba vueltas, estaba dentro de un espiral ficticio que no terminaba. Caí en la cama cuando dejé de batallar. Mis 5 sentidos estaban estropeados.

Ya cuando estaba dándome por vencido totalmente, alguien abrió la puerta y prendió la luz. Aquella luz enceguecedora me dejó estupefacto. Al cabo de unos minutos pude distinguir la silueta.

—¡Chamo tomaste demasiado anoche!, ¿estas vivo? — me dijo Pedro.

—Algo así —dije entre dientes. —¡Reverenda pea! —.

Luego de responderle a Pedro, me acomodé de nuevo en la cama y dormí. Fue automático, sin mucho preámbulo.

Cuando desperté, no recuerdo la hora, Pedro estaba preparando la cena. Me contó todo lo que había pasado.