Adiós amada
Adiós amada
Me sonríes en la distancia, veo una lágrima correr por tu mejilla.
Yo también he llorado bastante, durante seis noches seguidas mi almohada ha consumido cada gota llena de pena y remordimiento, pero no puedo hacer nada, ¡no tengo opción!
El destino nos hizo una jugada y ambos sabemos que esto es lo mejor. La escalera eléctrica me aleja de forma pausada, permitiendo que tu imagen dure un rato más delante de mi, pero eso solo genera más dolor.
Al cruzar la puerta corrediza, sé que no hay vuelta atrás, sé que pasará mucho para volver a verte, aun así conservo la esperanza. Tu pequeña mano me da un último adiós y te regreso el gesto con el corazón partido. Eres mi luz, eres mi inspiración, la pieza que da vida a mi mundo.
Te amo, te amé desde la primera vez que te vi, creo que incluso antes de eso ya eras la dueña plena de mi corazón. Cada uno de mis latidos estaban contados desde ese preciso momento para ti y solo para ti. Ahora, no sé cuando te volveré a ver.
Mi pequeña colibrí, siempre danzando buscando mi atención. No hacía falta que te esforzaras tanto, mis ojos solo eran para ti, cada abrazo que me dabas llenaba mi pecho de calor. Todo valía la pena por sentir eso, todo era sin duda mágico cuando estaba a tu lado.
Las puertas del área de espera me afirman que el día llegó, que dejaré todo lo que amo atrás, que te dejaré a ti mi pequeña. Cuando tu madre te trajo a este mundo hace siete años juré que daría mi vida por cuidarte y protegerte; eso haré amor mío, donde me lleve el destino te mantendré presente hasta el día que volvamos a estar juntos una vez más.
Me perderé valiosos años de tu vida mi cielo y me aterra. Quizás no vuelva a ver este país, pero haré lo imposible por llevarte conmigo, te brindaré una buena vida, amada hija y estaremos juntos de nuevo.
Hasta pronto pequeña, nunca olvides a tu padre, que yo jamás te olvidaré.
Primera imagen
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Me encanta como escribes, saludos.