Todo conflicto o maniobra política puede ser incluida en el ajedrez, ya que es una suma de las más diversas estrategias posibles para ganar una batalla. Quien no sabe de teoría de juegos en el mundo político, está completamente perdido , al igual que los novatos que tratan de ganar con una maniobra táctica como el "jaque pastor". La realidad es que se necesita muchísima estrategia a la hora de plantear el juego. Al principio, al igual que el ajedrez, a todo aprendiz de encantador de serpientes le gusta mostrarse de modo frontal, eso corresponde a las aperturas abiertas en ajedrez (italiana, española, etc.), en ese periodo en político, esconde poco, confía en sus capacidades e idealiza sus ideas, sin embargo en lo que adquiere experiencia y se hace más hábil, entiende que en ocasiones es mejor no responder de forma frontal, si no con una respuesta diferentes, en ajedrez, en ese periodo se aprende a jugar aperturas semicerradas (defensa siciliana, defensa francesa, defensa Caro-Khan, etc.). Finalmente con la experiencia, entiende que la verdadera fuerza de un político es la planificación a largo plazo y la estrategia, y que la visión del final es lo que debe orientar el principio del partido y aprende a jugar aperturas cerradas (Gambito de dama, apertura Inglesa, etc.).
Lo cierto es que la evolución de la mente del ajedrecista es similar a la del político. Desafortunadamente la mayoría de los políticos no comprenden eso y dedican poco tiempo a su preparación en teoría de juegos y por eso pierden muchas veces oportunidades al no ser capaz de ver los mejores movimientos o a obtener beneficios de su posición.