Yo vine a Bailar

El baile se volvió erótico, me apretaba fuertemente a su pecho, mientras pasaba sus manos por mi espalda, caderas y mis nalgas, me tocaba mis senos, me concentre tanto en nuestro baile que nos olvidamos de la multitud, el juego de luces permitía que nos tocáramos libremente. Su lengua llego a mi oído de manera circular, saboreando y succionando, que esa sensación me hizo estremecer. No esperamos mas y nos fuimos al baño. Nuestras bocas se devoraban con ansias. Su lengua la sentí hasta mi garganta y yo seguía su juego envolviéndole la mía. No hablamos, no emitimos ni una sola palabra. Me arranco todos los botones de la camisa y comenzó a lamerme los senos, yo lo tomaba del cabello, mientras lo sujetaba con mis piernas, me alzo y me sentó en el lavamanos, yo sentía un fuego que me quemaba por dentro, él de manera desesperaba se colocaba su preservativo mientras yo me acariciaba mi sexo, notando que estaba completamente húmeda. Sin piedad me penetra, de manera bestial sentí su pene, duro, muy fuerte en cada penetración, también sentía como mi sexo lo recibía, lo absorbía. Todo era con desespero, como si se nos acabara el tiempo, la noche, cada embestida era muy fuerte, sin piedad, como un toro salvaje. Yo quería estar completamente desnuda para sentir su piel. Pero no era el lugar y no había tiempo. Escuchamos como tocaban la puerta y el desespero fue aun mayor, cuando ambos nos corrimos.