El Aeromodelismo

Si hubiera que establecer un orden para adentrarse en el estudio del pilotaje de aviones, sin duda habría que comenzar por el aeromodelismo, para seguir después con el vuelo a vela o sin motor antes de terminar por el arte de pilotar propiamente dicho. El aeromodelismo se halla, por consiguiente, en la misma raíz de la moderna ciencia de la aviación, de tanta importancia en el mundo de nuestros días.

Se llama aeromodelo a la reproducción de todo aparato volador, construido o no a escala, ya pueda volar o no. Modelo reducido es cualquier aparato capaz de volar que no puede transportar una persona. La carga mínima de un aeromodelo es de 15 gramos por decímetro cuadrado para los aviones con motor de goma y planeadores, y de 50 gramos como máximo para los que son movidos con motores térmicos. Su envergadura debe ser de 70 a 350 cm.

Fuente: Diario del aeromodelista

Si, tal como dejamos dicho, el aeromodelismo debe figurar en el primer lugar de las enseñanzas de los pilotos de aviación, en el orden histórico, en cuanto a modalidad deportiva, el aeromodelismo es la especialidad de vuelo más reciente. Antes que ella ha existido la aerostación, continuada por el vuelo a vela o sin motor y, finalmente, por la aviación. El aeromodelismo es el primer paso deseable para los jóvenes todavía no iniciados en la carrera aeronáutica, pues a través de él se aprenden todos los conocimientos técnicos y prácticos en que se basa la construcción y vuelo de los aeromodelos; en suma: los factores elementales de la aviación.

ORIGEN E HISTORIA DEL AEROMODELISMO

El actual aeromodelismo deportivo tiene su origen histórico en los comienzos del desarrollo de la técnica moderna del vuelo, porque el problema del denominado vuelo dinámico, es decir, sin un globo que produzca una fuerza ascensional, fue resuelto por el británico Guillermo Samuel Henson, en 1843, con su proyecto de maquina volante movida por un motor de vapor, único que se conocía entonces. Otro inglés, Stringfellow, aprovecho esta idea y construyo un modelo con el que se consiguió volar hasta 40 metros de distancia.

La primera máquina voladora de que se habla históricamente es la "paloma" que Arquitas, de Tarento, construyo 400 años a. de J. C. En el siglo V, Muller invento un águila de hierro. Pero el verdadero origen histórico del vuelo a vela se halla en el genial Leonardo da Vinci, tanto por la concepción de las maquinas volantes como por sus observaciones personales sobre las corrientes aéreas ascendentes que permiten el vuelo sin necesidad de batir las alas. Es probable que estos estudios sirvieran al profesor Dante, de Perusa, para sus vuelos a vela en las colinas próximas al lago Trasimeno, entre 1490 y 1500.

Prosiguiendo este rápido repaso histórico nos hallamos con una. especie de helicóptero con hélices que giran en sentido inverso y en las cuales se emplearon plumas de ave. Fue debido a los franceses Launoy y Bienvenu, en 1784. En 1850 aparecieron los juguetes aéreos de Phillips, Marc Seguin y Babinet. Y el aparato de Ponton d’Amécourt en 1.863.

El primer aeromodelo que voló libremente fue el del francés Alfonso Pénaud en 1871. Realizo su exhibición en el jardín de las Tullerias de Paris, con un aparato hecho con listones de madera y propulsado por una madeja de gomas. Pénaud, que conocía bien el vuelo dinámico, realizo pruebas con otros varios aparatos. Parecido a ellos fue el biplano de Brown, en 1874. El profesor norteamericano Juan J. Montgomery efectuó en 1.884 un vuelo en planeador, partiendo de la cima de una colina para posarse, después de un vuelo horizontal en que aprovecho el viento ascendente, a 200 metros de distancia. La máquina pesaba 20 kg., tenía 11 metros cuadrados de superficie y su ocupante iba sentado accionando los mandos de profundidad y dirección.

Otros inventores y constructores fueron Tatin y Farber, en Francia; Kress, en Austria; Forlanini, en Italia; Hagrave, en Gran -Bretaña, hasta llegar a los hermanos Lilienthal, siendo las investigaciones teóricas y los experimentos prácticos de Otto Lilienthal los que dieron base sólida a la ciencia aerodinámica.

Otto Lilienthal efectuó numerosos vuelos a vela, en uno de los cuales hallo la muerte en 1896, y fue sin duda el primer aviador de esta especialidad que tanto favoreció la formación técnica de los hermanos Wright, uno de los cuales, Orville, pilotó el 17 de diciembre del año 1903 el primer aeroplano movido por motor de gasolina. Otro nombre que debe recordarse es el del profesor americano Langley, cuyo modelo con máquina de vapor de 14 kg realizo en 1896 un vuelo sobre el Potomac, recorriendo 12 km. En 1905 reapareció Montgomery con otro planeador de 19 kg de peso y 16 m2 de superficie, cuya novedad consistía en que, en lugar de ser lanzado desde lo alto de una pendiente, era elevado a gran altura por un globo lleno de aire caliente y soltado desde allí, siendo posible así una mayor duración del vuelo.

El favorable resultado de estos ensayos dio lugar a que los discípulos de Montgomery crearan una modalidad de acrobacia aérea con exhibiciones de pago. También se aprovechó de ellos Orville Wright, quien fabrico un biplano experimental para volar aprovechando la energía atmosférica. Así, el 24 de octubre do 1911 consiguió elevarse a 70 metros de altura.

Los años de duración de la primera Guerra Mundial significaron un paréntesis para estas actividades deportivas aéreas, ya que todos los esfuerzos de la aviación fueron dedicados a intervenir en la contienda.

LA AFICIÓN AL AEROMODELISMO

Bellota Jet cita a los aficionados al aeromodelismo en Cáceres

Después de la guerra de 1914-1918 se incrementó la afición al aeromodelismo, especialmente desde que en Alemania, a la que por el tratado de paz de Versalles se había prohibido construir aviones de guerra, se preocuparon por el vuelo sin motor, construyendo aeromodelos.

Club de aeromodelismo Condor

La gran afición que prendió entre los alemanes se extendió pronto a todo el mundo. En España, Juan de la Cierva, el inventor del auto giro, organizó numerosos concursos de aeromodelos. Hoy, el deporte del aeromodelismo que requiere poseer las cualidades físicas y morales de todo buen deportista, abarca el mundo entero y como actividad deportiva esta sólidamente organizado y contribuye en gran manera a los éxitos actuales de la aviación.

En 1936, la Federación Aeronáutica Internacional estableció las marcas para los modelos reducidos de aviones, dando así vida oficial a esta interesante e instructiva modalidad deportiva. El aeromodelismo, como elemento formativo, revela a los jóvenes los recursos del espacio aéreo, les enseña los primeros elementos de la aerología y la aerodinámica, así como la construcción de planeadores.

Club estela

LA CONSTRUCCION DE LOS AEROMODELOS

Se construyen dos clases de modelos. Unos son para volar: el aeromodelo y el modelo de aeroplano. El primero debe poseer excelentes cualidades de vuelo; el segundo es una imitación exacta de un avión real. Otros no vuelan, como el modelo a escala, imitación perfecta de un aeroplano auténtico, y sirven para publicidad o experiencias científicas.

A efectos deportivos interesan los aeromodelos, de los que existen los siguientes tipos: el corriente, compuesto de fuselaje, un ala y timones de profundidad y dirección; el tándem, en el que el timón de profundidad esta sustituido por una segunda ala; el canard, que vuela al revés; el ala volante, reducido a una superficie de sustentación o ala. Si estos modelos no tienen motor y hélice se llaman aeromodelos sin motor, a Vela o planeadores; si la propulsión es artificial, por motor de gomas o de gasolina, se denominan aeromodelos a propulsión o de motor.

Para construir aeromodelos es necesario conocer las leyes fundamentales de la física. En cuanto a la resistencia del aire, las diversas partes de que se compone el aeromodelo que entran en contacto con el aire deben presentar la mínima resistencia al avance, con el fin de ahorrar la fuerza para impulsar el aparato. También existe la fuerza de sustentación, que hace que para volar un aparato tenga que estar constituido por un plano inclinado que se mueva con cierta velocidad relativa con respecto al aire.

Hay que tener en cuenta asimismo el centro de presiones o de empuje, que varía según el ángulo de incidencia, que es el que forma la cuerda del perfil con la dirección de la corriente del aire, de tal manera que si dicho ángulo aumenta el centro de empuje, se desplaza hacia adelante, y si la disminuye, se desplaza hacia atrás. La resistencia del perfil o del ala depende de su forma y de la acción del roce del aire contra la superficie exterior. La corriente de aire, al dejar el ángulo del ala, forma un remolino que aumenta la resistencia y, para reducirla, el ala debe tener un alargamiento apropiado a la relación entre la longitud y la anchura media del ala. El ángulo de vuelo planeado es el formado por la horizontal y la línea de dirección de vuelo con el que un aeromodelo desciende planeando.

En cuanto a la estabilidad de un avión en el aire equivale a la disposición de una balanza y presenta un eje longitudinal, uno transversal y otro vertical, que se cortan en el centro de gravedad del aparato. A los movimientos en torno a cada uno de estos ejes corresponden los tres órganos principales de guía de un avión, que son los alerones, el timón de profundidad y el timón de dirección. Como estos mandos los acciona el piloto, y un aeromodelo antiguo no lo posee, debe estar construido de manera que se mantenga o vuelva automáticamente a su disposición de vuelo.
Madera y herramientas. El material que más se emplea en la construcción de aeromodelos es la plancha de madera de aliso y abedul. También se usan planchas de contrachapado formadas por finisimas hojas. Los listones para largueros y cuadernas se hacen con maderas de pino, abeto, fresno o nogal. Para las alas y los bordes marginales de los timones de profundidad y dirección se emplean la caña de bambú y el junco de Tonkin.

Los aeromodelos se revisten con papel, batistas de algodón y seda natural. En estas construcciones se utiliza escasamente el metal y tan solo el hilo de aluminio para los bordes de las alas y el empenaje; el tubo de aluminio para las palas de hélice, los soportes del tren de aterrizaje, los manguitos de unión, etc.; la chapa de aluminio para los timones móviles y las partes metálicas del fuselaje y de las alas, y el alambre de acero con que hacer ganchos para el despegue en altura, patines, ejes de hélice y trenes de aterrizaje y bordes, así como para fijar las alas.

Un elemento importante para pegar unas piezas con otras es la cola, especialmente la llamada cola en frio. Las piezas encoladas no deben secarse en caliente. Para hacerlos impermeables, tensarlos y aumentar la resistencia de los revestimientos, hay que barnizarlos. En cambio, no conviene pintar los aeromodelos para no aumentar su peso y facilitar la reparación de sus averías. El plomo se suele emplear para equilibrar el modelo.
Comenzando a armar el ala (Instrucciones)

COMO SE HACEN VOLAR LOS AEROMODELOS

Hacer volar un aeromodelo es un verdadero deporte, pues obliga a correr y moverse al aire libre. Hay que saber aerotécnica, topografía, meteorología y tener conocimientos generales, entre ellos saber observar el vuelo de las aves. Para que un aeromodelo vuele, ha de procurarse que su centro de gravedad esté bien dispuesto respecto a la anchura del ala. El modelo tiene que estar equilibrado y para lograrlo se le añade o quita plomo en la cámara de lastre. Las primeras prácticas de vuelo deben realizarse sin viento y en terreno llano y sin obstáculos. Hay dos clases de lanzado: a la carrera y a mano. El primero consiste en asentar el aeromodelo en el aire en el momento de la carrera en que se nota que el aparato tiende a escaparse de la mano, porque la fuerza de sustentación actúa ya sobre el ala, equilibrando el peso del modelo. El lanzado a la carrera sirve para adiestrar a los principiantes. El aeromodelista experto lanza sin dar más que dos o tres pasos, a lo más, contra el viento. Este sistema es más difícil, pero a veces es el único posible por la condición del terreno. Hay que tener en cuenta la dirección e intensidad del viento. El modelo se lanza a contraviento, procurando darle la velocidad que habría adquirido en el lanzado a la carrera. En el lanzamiento a la carrera, como en el que se hace a mano, hay que hacer partir el modelo con el morro hacia abajo.

Todos los vuelos deben ser observados a fin de comprobar los defectos y corregirlos. Una vez probado el modelo en terreno llano y corregidos los posibles pequeños errores, se pasa al lanzado desde la pendiente de una colina, no en su cima, sin obstáculos y contra el viento.

También existe el lanzado en altura, similar al que se emplea para elevar una cometa, pero el aeromodelo, al llegar a una altura determinada, se desprende del cable y continúa libremente su vuelo. Esta clase de despegue se efectúa con ayuda de un gancho sujeto sólidamente en la parte inferior del fuselaje y que ha sido curvado para que la anilla del cable de tracción se desprenda fácilmente a la debida oportunidad. El cable es un hilo o cordel encerado, ligero y sólido. Su longitud depende de la envergadura del aeromodelo. Hay varios sistemas de esta clase de lanzado. Si se emplea el semejante al de una cometa, se corre contra el viento tirando del cable, una cuarta parte del cual debe ser de goma.

Finalmente, hay que mencionar el aeromodelo a motor, que puede ser de gomas o a gasolina. El propulsor a gomas consiste en un haz de finos cables de goma a los que se da un número determinado de vueltas para cargar el motor.

El aeromodelo es hoy un deporte que ha alcanzado una extraordinaria difusión y sus beneficios son indudables para la especialidad aeronáutica.