Ya eran las 8 de la noche y Santi ya estaba listo para irse a la cama, mientras esperaba para dormir veía las estrellas por su telescopio acompañado por su fiel compañera Brownie, a él le encantaban las estrellas.

Luego de un rato Santi se acostó y se quedó dormido y empezó a soñar, que iba montado en un cohete camino hacia la luna junto a brownie, iba muy sorprendido mientras observaba todo, estaba muy feliz porque al fin sabría si la luna era de queso como siempre le decían.

Viajaron durante un largo tiempo y vieron las estrellas, los planetas y hasta unos marcianos comprando polvo de estrellas para comer, todo era tan maravilloso, desde de un largo viaje llegaron por fin a la luna, Santi al bajar de su nave pudo observar pequeños trozos de la luna, tomo uno con su mano y lo guardo en su bolsillo para poder probarlo.

Camino, salto y floto junto a Brownie en la luna estaba muy feliz por todas las cosas nuevas que había visto y aprendido, hasta incluso hizo un amigo llamado Lunarcito era un pequeño niño de piel brillante que les mostró todo acerca de la luna y así Santi supo que la luna no estaba hecha de queso sino de rocas volcánicas.

Santi despertó muy feliz por haber soñado que conocía el espacio y la luna, pero al tocar su bolsillo encontró la pequeña piedra, el sonrió y la guardo.