Déjame tocarte

Quiero besarte desde la A hasta la Z. Esos son todos mis planes y como la letra A nunca funciona empezaré por la B: tu Boca, me haré dueña de cada uno de tus suspiros, te besaré lenta y apasionadamente, pero con cuidado, para que el veneno de tus labios no acabe conmigo antes de llegar a tu cuello, y prepárate, porque dejaré un rastro de besos húmedos desde ahí hasta tus clavículas.

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Procuraré besar tu pecho y dejar huellas de mis labios que duren varios días. Me deslizaré por tus brazos hasta llegar a tus dedos, los cuales besaré con la esperanza de que tu tacto regrese en forma de caricias.

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Te diré “date la vuelta” y me engancharé a tu espalda como una pena en cualquier corazón, y borraré con mis labios todas las caricias que no sean mías… Tomaré tu cara entre mis manos, besaré tu frente y te susurraré muy bajito “ahora te debería besar tus otros labios, pero no quiero parecer ansiosa y que pienses que soy una chica abusiva”, y te daré un beso tímido en la punta de la nariz. Usaré tus dos senos: uno para besar en este intento de poema de forma romántica, y otro para besar en mi lado salvaje y asi traerte mis dos instintos combinados. Como si un mapa lo indicara descenderé 15 besos por tu abdomen hasta llegar a tus caderas, ahí me instalaré hasta recrearte las 4 estaciones del año entre abdomen y cadera.

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Ya a esta altura de juego y con las ganas por las nubes, me olvidaré de las letras y te besaré donde y como sea, sin miramientos, ni pureza. Mientras te hago mía te voy a ir besando también las justificaciones, los lamentos, todos tus miedos, y cada Necesidad de amor o comprensión. Con mis besos el olvido te sabrá a mentira y los problemas a descanso. Cada beso será un “te quiero” no pronunciado que borrará los recuerdos de cada noche a solas. Olvidarás la inicial del nombre de todos ellos; S, T, U, V, W, X, Y, Z… Y te darás cuenta de que sólo fueron variables que te trajeron hacia mí para resolverte la vida con mis labios, y complicártela con mi amor.

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