Relato sobre la caperucita roja asesina, concurso de Fuerza Hispana.

in #spanish6 years ago

Hey chicos, espero que disfruten la historia, me sentí muy inspirado al escribirla. No digo más, buenas noches ;).

La joven caperucita roja corría y corría por el camino escondido en medio del bosque, luchando contra todo deseo de descansar, de sentarse un momento. Todavía no estaba a salvo, y podía sentir cómo el Lobo se acercaba, el Lobo, aquel terrible villano que le perseguía desde que apenas era bebé. La rivalidad de más de una década estaba llegando a su punto definitivo, y sus enfrentamientos y amenazas se habían hecho más comunes, después de que los vecinos, amigos y compañeros de la Caperucita se habían mudado lejos, huyendo de tan maligna y despiadada criatura.

Ella corría y corría, saltando arbustos y esquivando ardillas y mapaches, tratando de llegar a su territorio, protegido por su magia antigua, por sus tan codiciados hechizos y herramientas. Se dio la vuelta delante de la “puerta”, y lo vio, asomándose en medio de unos arbustos, arbustos llenos de frutas salvajes. La bestia movió la cabeza a un lado y al otro, rápidamente, desesperada por saltar y morder, por alcanzar a su víctima. La caperucita no se asustó, ya estaba acostumbrada, no le tenía miedo, sino pena. Entró en su territorio, cerrando la “puerta” que la apartaba del enemigo.


Fuente

El hechizo hizo efecto en el instante, y el Lobo, viendo que ya no podía entrar ni acercarse al sitio, no tuvo otra alternativa que huir, regresar a su escondite. La noche avanzaba, ya faltaba poco para la medianoche, y la Caperucita se acercó a su calendario, su hermoso calendario, puesto sobre su cama. Lo apreció una vez más, el último regalo que le diera su madre, antes de marchar, ya cinco años antes. La caperucita gruñó y volteó los ojos, tachando el último día del mes con su dedo, en el que había depositado algo de sangre que todavía tenía embotellada. Dio vuelta a la página del calendario. 31 de Diciembre, último día del año, y el último día de vida del Lobo. Tomó de entre sus cosas, de debajo de la cama, la ballesta, y la recargó con una flecha doble. Tomó otra, y la guardó en su carcaj. Escondió también entre los pliegues de su chaqueta sucia una botellita de gasolina, y se puso en la espalda el rifle.

El lobo todavía no había llegado a su escondite, cuando oyó acercarse a la peligrosa joven. De un gran salto se agazapó entre dos árboles, temeroso, y la vio. La Caperucita Roja, cuya caperuza ahora se veía marrón oscuro, y tenía agujeros en varias partes, le mostró al bosque entero la botellita de gasolina. El Lobo se dio cuenta de sus intenciones, y echó a correr por el camino. El perseguidor era ahora el perseguido. Ambos lucharon y corrieron por todo el profundo bosque. En un par de ocasiones estuvo a punto de chocarse con las ramas de los árboles, pero logró mantenerse. Eran poco más de las tres de la mañana cuando llegaron al claro dónde la caperucita había nacido, veinte años antes, y el lobo estaba ya cansado. Se acostó en el suelo, mirando con rabia a la chica, sin poder ya ni caminar, con las patas débiles.

La chica lo miró, con toda la rabia de veinte años contenidos en su cuerpecillo atlético. Levantó la ballesta, y con el silbido de las flechas, obtuvo su venganza. Por fin era libre, por fin se podía ir a donde quisiera. Se quitó la chaqueta con la caperuza, y la tiró lejos. Se preguntó si valdría la pena llevarse el lobo. Decidió que sí. Haría una chaqueta nueva genial con él.

Gracias a todos los que lo lean, y espero que lo hayan disfrutado. Si quieren seguir leyendo historias cortas así, dejen un comentario para hacérmelo saber. ¡Buenas noches! ;)
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Gracias por tu participación en el concurso de escritura de @Fuerza-Hispana.

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