Influencia de las redes sociales en nuestros hijos.

Hace no tanto llegaba el internet a nuestros hogares. Nuestros hijos han nacido con el ordenador y la Tablet debajo el brazo, rodeados de tanta tecnología, pero para nosotros como padres esta realidad está repleta de aspectos desconocidos.

Durante la adolescencia, el centro de toda esta novedad tecnológica son las redes sociales que se han convertido en una de las marcas de identidad de esta generación. Por ello, uno de los impulsadores principales del consumo de redes entre los jóvenes es el cotilleo; esta realidad tiene dos vertientes altamente peligrosas, la primera; desde el punto de vista emocional si se hace mal uso de ellas se destaca el problema de la crítica comunitaria entre las redes y allí se comienza a medir el afecto en función del número de “Me Gusta”, “Favorito” o similares; y la segunda es el Voyerismo, en dónde las redes se pueden utilizar para curiosear la vida de los demás. El problema radica en que esto se convierte en un hábito que acaba robando el tiempo a muchas otras actividades.

Sin embargo, el principal riesgo que corren nuestros hijos frente a estas redes sociales es que nosotros como padres no sepamos inculcarles el “buen uso” y no el “abuso” de éstas. Es fundamental que los mayores nos pongamos al día en este ámbito, ya que ser padres del siglo XXI implica entender nuevas realidades de la educación familiar porque nuestros hijos son nativos digitales, y aún inmersos en un proceso madurativo ignoran las repercusiones y consecuencias de aquello que dicen o hacen en internet tanto para sí mismos como para otras personas.

Por ello, es importante tener claro que no hay nada gratuito en internet. Por lo tanto, si nuestros hijos no son el cliente, quizás puedan ser el producto. Así mismo, no hay manera de asegurar en una red social quien contacta con nosotros sea quien dice ser, por lo que estamos en permanente riesgo de suplantación de identidad.