Luly y Adrian

Como mi hija Luly conoció al que hoy es su esposo es toda una historia de contar y no creer.

Estuvieron siempre viviendo cerca, ella visito su casa muchas veces porque se hizo amiga de uno de sus hermanos, pero muy pocas veces coincidieron a verse porque él estaba trabajando. Cuando mi hija se fue a hacer el posgrado en otra ciudad, por coincidencia y sin saberlo él estuvo viviendo a cuadra y media de donde vivía ella, tampoco nunca se encontraron.

Fue un tiempo después que a través del hermano por fin se encuentran y conversando se dan cuenta que muchas veces estuvieron así de cerca de encontrarse una y otra vez.

También he llegado a la conclusión que debo tener cuidado con lo que le pido a papa Dios, recuerdo que cuando estaba embarazada de Luly solo pensaba que si era una niña además de sanita que tuviera una mata de cabello, no me gustaba un bebe pelón, si era una niña quería poder ponerle lacitos, pues nació con cabello demás.

Muchos años después, en esos momentos que uno se habla así mismo, le pedí al universo poder conocer y saludar a un descendiente de la señora Clementina Pereira y de su hijo Pablito a los cuales admiraba mucho por su labor sanadora. Muchas veces escuche su historia relatada por mis mayores. Ellos leían los meaos en Barcelona, preparaban medicinas naturales y se decía que curaban a los enfermos. Si quieres leer el post sobre el tema lo encontraras aqui. Allí cuento su historia, ¿Quién era y que hacia?

No se me había dado, ese encuentro que pedí al universo y nunca se lo comenté a nadie en la familia, hasta que mi hija se comprometió con el joven Adrián, que actualmente es su esposo. Cuando lo trae a casa para presentármelo me dice su nombre y su apellido Pereira. En el momento no asocie el apellido al pedido que le había realizado tiempo atrás al universo.

Pasa cierto tiempo y el noviazgo va viento en popa, se cuentan todas esas ocasiones donde estuvieron cerca para encontrarse pero nunca paso.

Y de repente le pregunto a mi hija que si por casualidad él es pariente del señor Pereira, el que yo les contaba que llevaron a su bisabuela Ángeles aquejada de dolores en las piernas para su diagnóstico. A los pocos días me dice; si mamá, Adrián es pariente de Pablito y Clementina Pereira.

Cuando llego a la casa le eche el cuento a Adrián, ¿Tu sabes que yo soy culpable de que ustedes dos se conozcan?

-¿Cómo es eso suegrita?

Así me dice él. Y le eche todo el cuento. Yo le pedí al universo conocer a un descendiente de la familia Pereira y la vida se encargó de mandármelo como yerno.

No es extraño cómo se comporta el universo conmigo.

[fuente]Tomada con un celular Motorola