Aprende esta Enseñanza del Bambú Japones /Automotivación / @samueldc

Japón y los demás países asiáticos les han aportado a la humanidad mucha sabiduría, son poseedores de culturas, creencias y religiones que están llenas de conocimiento y sabiduría, y tal parece que la misma naturaleza propia de esos países tiene mucho que aportar también, tanto en medicina como para alimentación. Pero hay una planta que se destaca entre todas por su enseñanza implícita que lleva su formación y desarrollo como tal, esta planta es el bambú japonés.

Quienes siembran la semilla de esta planta e ignoran como es su desarrollo y crecimiento, probablemente se sientan frustrados y decepcionados al no notar resultado alguno. Y es que esta planta una vez germinada, su crecimiento y desarrollo es interno, comienza a desarrollar un intrincado pero muy fuerte sistema de raíces con bastante profundidad, pero en la superficie no se ve ningún desarrollo, pareciera que la planta por un motivo extraño se pasmó y no fue capaz de crecer aunque la tierra sea muy fértil y tenga suficiente riego de agua.

Este proceso de crecimiento interno le lleva a la planta 7 años, en los cuales casi ni una sola hoja logra producir en la superficie, ni un capullo siquiera que sugiera que la planta tiene vida. Para un agricultor inexperto creería que perdió su semilla, su tiempo y su trabajo porque no ve ningún resultado, y es muy probable que desista continuar de regarla y abonarla. Pero al cabo de 7 años la planta comienza a desarrollarse y en tan solo 6 semanas logra crecer más de 30 metros de altura ¡es algo impresionante! Ahora la pregunta es: ¿significa que tardó 6 semanas en crecer? No, tardó 7 años y 6 semanas en crecer, solo que los primeros 7 años fueron de desarrollo interno, de crear un sistema fuerte de raíces que pudiera sostener la inmensa planta en la que llegaría a convertirse.

Este proceso de desarrollo interno de la planta, indudablemente nos aporta una valiosísima enseñanza para nuestras vidas. Muchas veces nos proponemos metas, proyectos, llegar a tener éxito en el área que queremos y comenzamos el periodo de gestación de ese proyecto, hacemos todo cuanto debemos hacer, sin embargo no vemos resultado alguno, pareciera que son infructuosos todos nuestros esfuerzos. Pero debemos recordar que la vida es muy sabia, no comete errores, quienes los cometemos somos nosotros. En el proceso de gestación del éxito de nuestro proyecto, de nuestras metas, es necesario un desarrollo interno en nuestras vidas, echar raíces profundas que puedan sustentar el éxito cuando este llegue.

En la vida diaria, muchas veces tratamos de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente el resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchas personas que aspiran a resultados a corto plazo abandonan el esfuerzo súbitamente, justo en el momento en el que estaban a punto de conquistar la meta. Estos son los momentos en que todos debemos recordar el ciclo de maduración de esta planta. No debemos bajar los brazos y entender que algo está sucediendo dentro de nosotros.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando dentro de si los hábitos y el temple que hará posible sostener el éxito cuando este al fin se materialice.