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Heridas de vergüenza

No sé si podré mirar donde antes posaba
mis ojos como un sol repartiendo la luz.
Mi piel está arropada por ese frio
donde cuecen las dudas.
Tendré que aceptar la batalla perdida.

Resistir cada instante
que expongo mi voz,
cuando se pierde en un mar
de murmullos.
Resistir el pelotón de dedos
que pinchan mi tranquilidad,
las noches son de insomnios
y otros sueños no acordados.

Te miro y sé que hay una historia
donde las emociones decantaron el tiempo
y aun me hundo en ese túnel vergonzante
donde no supe allanar tus palabras.

Hoy son una herida sin marcas en la piel
pero que sangran mis pensamientos,
solo porque aquel beso
llegó por caminos escabrosos
con las horas contadas por la vergüenza.

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