La noche de los cuervos - cuento

Una noche, cuando los cuervos volaban por los cielos, como alborotados, Raúl escucha el ladrar de los perros, y fue a ver qué pasaba. Vio a lo lejos una figura que parecía la de una mujer, con la linterna observo en el suelo un rastro de sangre. Con fuerza le gritó que se detuviera, y le ofreció ayudarla, sin embargo la mujer parecía estar en otro mundo, solo caminaba hacia el frente con la cabeza baja.

Los rígidos y lentos movimientos con los que se desplazaba, hicieron pensar al hombre que se encontraba muy mal herida, así que corrió para darle alcance. No fue fácil llegar hasta ella, realmente se movía más rápido de lo que parecía.

Al estar cerca de ella se percató de que sus ropas estaban rotas y su cabellera revuelta, y lo pusieron muy nervioso pensando que algo muy malo le había pasado. Tocó su espalda y en ese momento ella se dio vuelta, mostrando su cuerpo cadavérico, unos ojos horripilantes; una inmensa tijera y emitiendo un lastimero grito de dolor en la cara del joven que lo obligó a salir corriendo.

Corrió tan fuerte y sin control adentrándose en unos matorrales. No se dio cuenta que estaba cerca de una pendiente por la cual cayó y rodó entre palos y piedras por un precipicio interminable, negro y profundo golpeándose la cabeza y muriendo al instante. Al final sólo se escuchaba a lo lejos el graznar de los cuervos.