Sorprendente favor - Relato

Una noche estaba Juan a la orilla del río cerca de su poblado. Estaba haciendo una fogata y disfrutando de una rica cerveza, cuando llegó su amigo Pedro, un poco azorado y con una bolsa de tamaño regular y Juan le preguntó: ¿Que te pasa amigo? ¿Por qué tienes esa cara?. El amigo le contesta: Necesito un gran favor. Y Juan le contesta: Claro amigo, ¿En que te puedo ayudar? Pues necesito desaparecer esta bolsa. Quiero si es posible calcinarla en la fogata.

¿Y eso que traes ahí, le pregunto un poco preocupado? Y el amigo le contestó: la mano de una persona.
¿Qué?Juan se ahogó con el trago de cerveza y la botó de un sólo golpe. ¿Tú como que estas loco?. ¿A quien mataste?. No, a nadie amigo, le contestó Pedro.
¿Pero que haces con eso?, Bótala en otro lugar. No quiero ni siquiera verla. Sabrá Dios en que lío estas metido. No te preocupes el dueño de la mano esta en mi carro, un poco desmayado, pero bien. No está muerto, así que tranquilo no he matado a nadie.

Entonces Pedro ¿Que pasó.? Le preguntó Juan a su amigo. Y Pedro le contestó: El hombre, dueño de la mano padece de BIID, un desorden de identidad de la integridad corporal, que es el deseo sexual por tener un miembro amputado. El mismo se la quitó y me pagó mucho dinero para que yo la desapareciera. Si le ves la cara, está lleno de felicidad. Que loco, jaja. Así amigo que tenemos plata para comprar muchas cervezas.