Nadie nos pertenece, no le pertenecemos a nadie.

Hay personas que no se dan cuenta del daño que les causa a otras y solo están pendientes de sus propias necesidades, al satisfacer sus necesidades piensan que lo que hacen es lo correcto, pero siempre hay una historia detrás de todo esto, y es que existe alguien que es lastimado. Debemos aceptar que nadie nos pertenece, que las personas llegan a nuestra vida con un propósito que en algún momento terminará y debemos aceptar, que solo se está por un momento determinado y disfrutar cada momento mientras aún exista la felicidad.

Algunas personas buscan a otras solo cuando se sienten solas, cuando tienen algún problema y no saben qué hacer, pero, ¿cómo le podemos decir a esto? Inseguridad, tal vez. Son personas que no saben estar con ellos mismos o no soportan sus pensamientos, creo que todos pasamos por esa etapa en nuestra vida, ese momento en el que no sabes lo que quieres y solo quieres disipar tu mente. Lo importante es saber a cual grado debes involucrar a alguien más, ya que lo único que se logrará es que esa persona sienta lo mismo y así formar el siguiente eslabón.

Frustración; el no saber qué hacer cuando tu corazón quiere algo y tu mente piensa lo contrario, tomar una decisión y preguntarse si esa fue la correcta, tomar medidas precipitadas cuando la respuesta solo se encuentra en nosotros.

No debemos darle a una persona el poder de cambiarnos emocionalmente y volvernos inestables, se debe tener la certeza de que en un futuro todo se va a acomodar, saber dejar ir para que venga algo mejor, solo se debe agradecer por aquellos momentos en que se pudo disfrutar y dejarlos donde están, porque ya nada volverá a ser igual.